El rostro habitual de Iquitos muestra la basura acumulada. En muchos lugares diariamente se arrojan los desperdicios y no hay nadie que lo limpie. Nos hemos acostumbrado a vivir así con la basura  a lado.  Estamos, pues, rodeados de basura todos los días y eso parece nuestro destino de por vida como si nadie pudiera hacer nada contra esa mala costumbre.