[MISIONERA DEL DATEM DEL MARAÑON].
Escribe: Katty Riveros Montalván
Katty_riveros7@hotmail.com
La hermana Sagrario es un ejemplo a seguir, como religiosa-misionera, mujer de fe en Dios y en el deseo de hacer un mundo mejor para todos sin diferencias. Mujer comprometida con la sociedad, trabajando con responsabilidad, con ética, moral y valiente para denunciar todo lo que no estaba de acuerdo con estos principios.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ha otorgado a nuestra hna. Sagrario Sanz el Premio de la Paz 2015.
La hermana Sagrario es un ejemplo de ser humano como no he conocido igual. Ha dedicado toda su vida a la atención de los enfermos de entre los más necesitados. Ha estado más de 60 años en la selva amazónica peruana atendiendo y curando enfermos en las peores condiciones posibles, peleando constantemente por crear centros de salud y formación para que aquellas mejoraran, recorriendo incansable los inmensos ríos amazónicos de día y de noche. Luchando contra viento y corriente.
El recordado padre Pio Zarrabe la mencionaba brevemente en un extenso artículo publicado en abril de 2007 en defensa de la Amazonía con las siguientes palabras: «Las hermanas de la Compañía Misionera, tanto en Lagunas como en San Lorenzo, realizaban una gran labor en salud, trabajando como enfermeras del Estado y también como sanitarias particulares. Aunque no he citado en este apartado a ningún misionero presente entre nosotros todavía, no puedo omitir aquí a la hermana Sagrario Sanz, modelo y paradigma de mujer entregada a la salud del pueblo. Sagrario lleva entre nosotros más de 50 años. Su presencia maternal y su sabiduría médica no tiene límites.»
En el Día Internacional de la Paz, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) condecoró a las personas e instituciones comprometidas en la construcción de una cultura de paz en nuestro país, entregándoles el Premio por la Paz 2015.
En el año 2007 se entregó por primera vez el Premio por la Paz que convoca cada año a personas e instituciones que trabajan por una Cultura de Paz en nuestro país. En esta novena edición, se han presentado 153 candidaturas, provenientes de 22 regiones del país, de las cuales provienen las personas condecoradas:
-En Categoría Sociedad Civil – Persona Natural: Hermana María del Sagrario Sanz Esteban de Datem del Marañon. La religiosa tiene estudios en medicina y ha dedicado 71 años de su vida solo a promover la paz y mejorar la situación de salud, educación y condiciones socioeconómicas de las familias de la provincia del Datem del Marañon, enseñándoles a mejorar su vida con emprendimientos productivos.
-En Categoría Sociedad Civil – Institución: Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desparecidos del Perú – ANFASEP de Ayacucho, representada por una de sus fundadoras Angélica Mendoza de Ascarza, conocida como “Mamá Angélica”. La asociación es conformada en su mayoría por mujeres ayacuchanas quechua hablantes, creada en 1983 con el fin de denunciar las violaciones de los derechos humanos a nivel de la región.
-Categoría Sociedad Civil – Experiencias Extraordinarias: José Ignacio Mantecón Sancho, conocido como “Padre Chiqui” ha trabajado con las pandillas de El Agustino desde el año 1985, impulsando programas de educación, empleo, deporte y obras de reparación de la comunidad.
Categoría Estado: Imelda Julia Tumialán Pinto, abogada de la Defensoría del Pueblo dedicada a la defensa de los Derechos Humanos, principalmente de las personas que perdieron su libertad injustamente.
La Hermana María del Sagrario Sanz Esteban, nació en Valdevacas de Montejo. (Segovia, España). 19 de marzo de 1926. Actualmente tiene 89 años. Su familia era profundamente religiosa y desde pequeña le inculcaron el AMOR DE DIOS. Fueron 14 hermanos y tuvo otra hermana religiosa en la misma Congregación, que estuvo en misiones en la India, falleció el año pasado.
Ingresó en la Congregación en Madrid (España), el día 27 de Octubre de 1944, lleva en la vida misionera 71 años. Casi todos ellos pasados en la selva del Perú.
Su preparación profesional fue en dos áreas: Medicina y cirugía para misioneros y Catequesis. La Hermana Sagrario, llegó al Perú en el año 1951, a Lagunas, ciudad de Loreto, acompañada de cuatro hermanas, que fueron las primeras en llegar a suelo peruano. Ellas fundaron las misiones de la Compañía Misionera en Perú.
Hermana Sagrario estuvo en la misión de Lagunas desde el año 1951 hasta el 1960, Atendió a las jóvenes internas del colegio Goretti que las hermanas abrieron allí y también en el campo de la salud en un pequeño dispensario.
Desde el año 1960 hasta 1967 estuvo en Santa María de Nieva, en el departamento de Amazonas, también atendiendo a las niñas del internado que las hermanas tenían en ese lugar.
A partir del año 1967, y hasta su salida de la misión por motivos de enfermedad y edad avanzada en el año 2009 vivió en la ciudad de San Lorenzo, provincia Datem del Marañón. En este lugar se dedicó exclusivamente a actividades en el campo de la salud. Actividades que desarrolló a lo largo y ancho de los ríos que comprendían su campo de acción a bordo de su famosa lancha, conocida por muchos de los aquí presentes.
Fue una faceta muy importante también en su actividad, la de formadora de personal sanitario, llevó a cabo muchísimos cursos para los trabajadores de salud de la zona. Colaboró activamente con todas las campañas del Ministerio de Salud, y siempre trabajó en coordinación con las instituciones y al servicio de ellas. Fue una servidora pública, como cualquier trabajador.
Sus principios en el modo de hacer su trabajo fueron la honestidad, la verdad, y el acoger a todo tipo de personas, sin discriminar ni humillar a nadie, así fuese pobre y de un grupo indígena. Si había alguna mala gestión entre la institución de salud, no dudaba en denunciarlo y pedir que se corrigiera, a pesar de que esto no siempre agradaba a algunas de las personas responsables y le traía problemas a ella
Otra actividad que llevó a cabo la hermana Sagrario fue la de enseñar a las mujeres Corte y Confección. Implementó algunos talleres con máquinas de coser y otros insumos, y fueron muchas las mujeres de la zona que aprendieron. Junto a la costura enseñaba a las mujeres métodos de buena crianza de los hijos, nociones de nutrición, higiene y cuidados básicos. Algunas de ellas podrían dar hoy aquí su testimonio. A lo largo de su vida ha sido reconocida como HIJA PREDILECTA, en su pueblo en España. También fue premiada por CARITAS por su labor misionera.
La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Marcela Huaita Alegre se mostró muy emocionada con quienes recibieron esta condecoración, pues sostuvo que estas personas tienen más de 30 años de trabajo en la construcción de la paz. “Ese trabajo que hoy presentamos en el marco del Premio por la Paz, en su novena edición, es un reconocimiento de transformación de vidas”, sostuvo la titular del MIMP. Recordó que estas personas no hicieron este trabajo para ser reconocidas, sino para ayudar a otras personas, para defenderlas, para ayudar a que se les reconozca sus derechos.