ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

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Algo tiene que andar mal en la administración regional que dirige Elisbán Ochoa para que cuatro horas después del sismo se publique una nota oficial donde se repite lo que el Instituto Geofísico del Perú informó a los pocos segundos de ocurrido el sismo. Es decir, a las 2.41 minutos de la madrugada. El Presidente de la República, con más ocupaciones que el gobernador, difundió un mensaje a los 70 minutos después del movimiento. Minutos después, todos los periodistas nos enteramos que iba a visitar Yurimaguas, ciudad cercana al epicentro registrado en Lagunas.

Algo tiene que fallar en el entorno presidencial para que sólo invite a los congresistas Jorge Meléndez y Patricia Donayre a viajar a la zona siniestrada, excluyendo de la misma a Juan Carlos del Aguila y Tamy Arimborgo. Pues, a pesar que son de un grupo político contrario al de Martín Vizcarra -si es que tiene grupo, además- también son representantes de los loretanos con igual derechos que los nombrados inicialmente. Se ha criticado que la visita de Vizcarra ha sido protocolar y que prefirió encontrarse con sus homólogos de Bolivia, Ecuador y Colombia para celebrar el aniversario de la Comunidad Andina, entidad que está venida a menos. Pero la presencia del jefe de Estado en una situación de emergencia siempre es destacable, aunque haya excluido tontamente a legisladores loretanos.

No sólo es la tardanza en la reacción lo que preocupa en la autoridad regional sino el liderazgo que ya debió construir. El hecho que no sea tomado en cuenta por el Presidente de la República en una situación de emergencia es perjudicial para Loreto. Quiere decir que los canales de comunicación no están funcionando como debe ser. No sólo en las acciones después del sismo sino en otras circunstancias. Se presenta un problema en la zona petrolera y los funcionarios de la PCP viajan a la zona prescindiendo del ente regional. Y, claro, provocan más problemas que los originales porque los nativos -errados o no- necesitan de un gobernador que los represente ante del Poder Ejecutivo. Han pasado poco menos de cinco meses y no se ha construido un liderazgo, dentro y fuera de la región. Por eso se demora en reaccionar ante una situación de emergencia y por eso no es tomado en cuenta.

Todo ello sucede porque el congresista más cercano al Presidente de la República está distanciado de la autoridad regional. Jorge Meléndez no tiende puentes entre el Gorel y el Ejecutivo y él es -nos guste o no- el referente que tiene Martín Vizcarra para todo lo que sea Loreto. Y en una actitud lamentable y egoísta Meléndez no toma en cuenta a la autoridad regional cuando la región debería estar por encima de esas pequeñeces. Y todo hace indicar que la situación seguirá así. Si nos remitimos a los archivos periodísticos comprobaremos que el congresista más cercando a Elisbán es el fujimorista Juan Carlos del Aguila, quien está empeñado en aquello del fideicomiso y gestionar el gasto de lo que el Poder Ejecutivo ha transferido. No importa quién de el primer paso pero Jorge Meléndez tiene que unirse a Elisbán Ochoa porque eso beneficiará a Loreto. Así de simple.

Si el profesor Elisbán Ochoa no tiene esa lectura de la realidad loretana de los últimos cinco meses es seguro que seguiremos en ese distanciamiento y el principal congresista oficialista seguirá con su agenda sin la principal autoridad regional. Si el gobernador carece de funcionarios que sean oportunos en los casos de emergencia es porque no ha sabido impregnar la mística necesaria para el buen gobierno que pretende realizar. Esta reacción tardía ante el sismo y esa exclusión lamentable -donde Vizcarra tiene su cuota de inmadurez, sin duda- en la comitiva presidencial que visitó Loreto grafica que el gobernador aún no construye un liderazgo en el entorno del Poder Ejecutivo.