Más allá de las bromas y rabietas algún sociólogo debería analizar lo que sucede con la gente en Iquitos que sale a las calles desafiando la vida. Poniendo en peligro a su familia y a toda la población. Y no decimos por los que salen ante una urgencia sino a los que transitan por el solo hecho de transgredir la norma. Qué barbaridad.