¿Qué es cultura?
Se ha lanzado la Red Peruana de Periodistas y Difusores Culturales, un gran esfuerzo nacido de una fuerza de la naturaleza, una fuerza que se concentra en el inicio mismo de la vocación, en el primer interés de todo, una fuerza que no tiene jerarquías, que desconoce de verticalidades, que se aleja despavorido de la burocracia y los oficialismos, una fuerza que es todos porque nace de cada uno de los deseos, las apetencias, las emociones y las aptitudes de cada uno de nosotros. Una pregunta, mayor e implacable, se cierne como una incandescencia sobre su objetivo primordial: ¿Qué es cultura?
Supongo que todas las explicaciones que se han dado son tan lúcidas, pertinentes como válidas. La verdad, yo no estoy seguro aún cuál puede ser el concepto estático y definitivo de aquella lo que consideraría, parafraseando a Antonio Cisneros como una inmensa pregunta celeste. Y no estoy seguro porque para hablar de cultura, uno debe empezar a mirar el mundo en su totalidad. En su amplitud. En la más plural de sus acepciones.
Mirar el mundo con estos ojos es encontrar y descubrir en cada detalle, en cada golpe inédito, en cada emprendimiento creativo una explicación, un pedazo de lo que podría llamarse cultura. Es mirar con melancolía el Árbol de la Vida para, de este modo, tender puentes con el presente y el futuro. Significa, en pocas palabras, colonizar (de modo perpetuo quizás), la tierra del Saber. Es combatir la oscuridad, la barbarie, el Reino de las Sombras a partir de un pedazo de aventura, un sentido infinito de curiosidad, una vocación intrépida y pionera. Es intentar alcanzar (como en una utopía) la virtud y la discreción y el brillo del conocimiento.
La Cultura, para mí, entonces, si me conminan a darles una respuesta, significa todo aquello que ha permitido que yo, y ustedes también – estoy seguro –, puedan descubrirse como seres valiosos, como sujetos capaces de encontrar una forma de aprender y enseñar. Es consumir y a la vez producir. Es dejarse sembrar, permitir ser cosechado, sembrar y otra vez cosechar.
La Cultura, para mí, significa a veces tomar un avión e irme lejos, a mi casa, allá en la Amazonía, y buscar un bote que me conduzca por ríos serpenteantes. Allí, mirar al cielo y ver estrellas, estrellas que mis antepasados, aquellos que ocuparon la tierra cientos, miles de años atrás, nombraron como protectores, como guías, como fuentes del origen de las cosas.
La Cultura, en ese sentido, es escuchar, con emoción sincera, el corazón oprimiéndote el pecho, la piel erizada y la tensión dominando una habitación modesta y pequeña de una ciudad cualquiera de este mundo, las historias sobre tu origen, sobre tu contexto, sobre tu tiempo narradas por tu abuela, con un estilo realista-mágico tan notable que de solo escucharla haría que hasta el propio Gabriel García Márquez palideciese de envidia.
La Cultura, claro, es emocionarte aún por todas las canciones que escuchas en el micro y forman parte de una suerte de banda sonora permanente de tu vida. Son las películas que descubres, fascinado, por primera vez en una sala de cine, imaginando cómo sería poder vivir en la vida real las existencias de Frodo El Hobbit, de Bruce Wayne, de Edward Manos de Tijera, del Sombrerero Loco y hasta de Harry Potter. Significa tomar por primera vez un libro y maravillarte por sus historias, por querer alguna vez poder escribir así. Es creer que Dante Alighieri y Alejandro Dumas podrían ser tus amigos. Es conocer realidades ajenas sin moverse de tu casa. Es descubrir por qué alguien como Mario Vargas Llosa es admirable más allá de por qué lo mires en la tele.
La Cultura, para mí, es seguirle el ritmo a cada cosa que tiene una dinámica creativa. Es palparle el ritmo al hip hop, al graffiti, a las extraordinarias maneras y modos en que la historieta y el comic pueden acercarnos con la realidad. Es armar un itinerario que te permita encontrar en los medios masivos productos que hablen de nuestro pasado y nuestra tradición coloquial y descubrir, que desde el teatro, el folclore, la danza, las artes plásticas, etc., también son condiciones para acceder a una mejor calidad de vida (una que no necesariamente se fije en la acumulación de riqueza material o de condecoraciones de papel lustre, sino en condiciones de paz y de buen juicio)
La Cultura, para mí, claro está, significa respeto. Respeto e interacción con aquellos conocimientos ajenos, con las formas como se desvelan las formas que adopta la convivencia en diversos lugares de este gran planeta. Es patrimonio histórico pero es también legado inmaterial. Es conservación y es comprensión. Es democracia (o es anti-autoritarismo). No es menospreciar las opiniones de los demás, no es excluir, no significa buscar categorizaciones, esquematismos, cuadraturas que aluden a segundas o quintas categorías.
Descubrir la cultura en cada escenario es también armar formas de articulación, cadenas y redes que permitan que todos conozcamos, entendamos, descubramos por qué aquello que para otro es tan valioso, en términos artísticos o estéticos o espirituales, puede serlo también para uno. Es provocar la búsqueda por inclusión y es promover el desarrollo. Es contribuir a no etiquetar, a no elitizar, a no alejar a las multitudes, a las comunidades del propósito principal: permitir disfrutar, contribuir a la reflexión, generar motivaciones varias, contribuir a la formación de nuevos creativos y difusores y, por añadidura, incidir en el progreso moral y material de una sociedad.
Ante las variadas amenazas que se unen contra la cultura, hoy, resulta vital comprender que esta no va a ser de ninguna manera una victoria de quienes creemos en ella, la promovemos y a veces la practicamos, sino entendemos el valor intrínseco de la unión, del pluralismo, de la inclusión. Todos somos creativos. Todos podemos ser creadores. Y para la cultura, un creador que confía en su creatividad y la defiende, la promueve, a veces de modo solitario y con insistencia, es nada más y nada menos que un pionero.
Para aquellos, sin duda son precisos estos versos de Walt Whitman: “Desembocamos en un mundo nuevo y potente, un mundo de trabajo y progreso. ¡Pioneros! ¡Oh, Pioneros!”
Estupendo artículo. Acercando al gran publico y con palabras simples la idea de lo que es cultura, lejos de los acartonados conceptos sociologicos, y o antropologicos- Felicitaciones-
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