*LA DIFÍCIL PAZ SOCIAL EN MEDIO DE LA RIQUEZA PETROLERA
ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel
*Un alcance para entender los enfrentamientos en Esparta, los facknews, la nula presencia del Estado en territorios donde se extrae la mayor riqueza de Loreto y la cobertura periodística limitada.
“Lamentamos esta noticia, que anteayer hubo un fallecido en la movilización de Esparta, una mujer, que ha ofrendado su vida por defender los derechos de los menos atendidos, de esos pueblos olvidados por décadas, ahí tenemos una consecuencia de muerte más”. Con esas palabras el presidente de AIDECOBAP, James Pérez, inició su discurso el martes 8 de agosto en Bretaña, capital del distrito de Puinahua. Ese día no sólo se celebraba el Día Internacional de los Pueblos Indígenas sino que se recordaba los tres años de la muerte de tres pobladores en una protesta en la capital del distrito donde está actualmente la mayor producción de petróleo. Tanto desde el lado de los dirigentes como de los pobladores de Esparta no ha sido posible confirmar esa muerte. “No hay ningún muerto”, dice con seguridad uno de los lancheros consultados.
Esparta es un poblado ubicado en la orilla del río Marañón. Desde la última semana de junio algunos pobladores y representantes de federaciones indígenas han decidido bloquear el río y tratan de impedir que circulen embarcaciones desde y hacia Iquitos, capital de la región Loreto. Marco Celis, asesor de por lo menos cuatro federaciones indígenas, cree que no hay otra forma de protestar y que los nativos de la zona, donde se explota petróleo hace más de 50 años, no tienen otra alternativa para que el Estado llegue con servicios básicos. “No es posible forjar una cultura de paz cuando desde la perspectiva de las comunidades hay una agresión permanente a su medio ambiente, ojo que el medio ambiente para esos pobladores es tener acceso a la pesca, caza, es el medio de vida, los lagos, tomar agua de río, romper esta convivencia es una violencia que se ha ejercido contra esas comunidades y por eso no hay otra forma de protestar”, dice el asesor con una visión que podría considerarse pesimista pero que se sustenta en la realidad. “La paz no existe porque hay una agresión permanente y no puede ser atenuada ya que la riqueza no llega a las comunidades debido a que el Estado no ha entendido que los pobladores, no los dirigentes, son los actores principales a los que hay que mirar”, explica antes de añadir que “el Estado tiene una estrategia incorrecta, genérica”.
La representante de los llamados lancheros en Loreto, Carmen Nuñez, al explicar el bloqueo del río Marañón, donde en los últimos días se presentaron enfrentamientos entre los bloqueadores y los tripulantes, justifica la respuesta de los lancheros. Pero también analiza la protesta nativa. “Nuestra lucha contra el olvido del Estado tiene que ser en conjunta, no podemos perjudicarnos y enfrentarnos, por eso exigimos que nos dejen circular y ahí se producen choques entre nosotros cuando deberíamos enfrentarnos al olvido e indiferencia del Estado, esa debería ser nuestra principal bandera de lucha”, afirma mientras envía imágenes y videos donde se aprecia cómo hacen sus representados para no ser retenidos por los nativos.
Los lancheros denuncian el cobro de cupos por parte de los dirigentes. Para ello envían a algunos medios de comunicación material donde se observa a nativos tratando de bloquear el pase de las embarcaciones. Se nota que las lanchas siguen su camino, sorteando el lanzamiento de palos desde las canoas y ellos responden con cualquier objeto pesado. Incluso llegan a usar los extinguidores. Ellos tratan de hacer ver a los nativos como los agresores, aunque también señalan que el principal agresor es el Estado. Reclaman contra el Estado para que intervenga protegiéndolos ante las agresiones y también en otras circunstancias podrían unirse a los nativos para protestar contra ese mismo Estado.
José Fachín, asesor de las federaciones indígenas y el alcalde de la Provincia de Loreto/Nauta, Daniel Saboya Mayanchi, han invitado a dos periodistas para llegar a Esparta en la jurisdicción provincial y cubrir la protesta. Kevin Rodríguez, quien no pudo ir ante esa invitación, dijo que los dirigentes seleccionan a los periodistas de acuerdo a sus percepciones. Primero porque esos periodistas representan a medios de comunicación nacionales y puedan dar la cobertura de tal forma que llegue a los oídos de los representantes del Poder Ejecutivo. La selección también tiene que ver con la percepción que tienen esos dirigentes hacia los periodistas. Se junta la cobertura que tiene el medio de comunicación y la confianza hacia los periodistas. Kevin Rodríguez afirma que ya participó en anteriores coberturas en zonas de protesta y nunca se sintió presionado para inclinarse por uno u otro lado de las partes. “Pero sí sentía que me vigilaban, que estaban atentos a lo que informaba”. Como los medios de comunicación no tienen presupuesto para llegar a la zona y tampoco tienen personal para enviar de manera permanente al lugar es difícil cubrir desde el mismo lugar de los hechos el conflicto. La cobertura así es limitada, dice Rodríguez.
Ante esa situación la información se limita a transmitir las versiones de los dirigentes indígenas y los representantes de las embarcaciones fluviales. Desde el lado de los indígenas se exige la atención del Estado para que se brinde servicios básicos como agua, luz, salud, educación. Desde el lado de los propietarios de lanchas se enfrenta a los nativos y se pide la intervención del Estado para que se los permita transitar. “La lucha es contra el Estado”, dice Carmen Nuñez desde el lado de los lancheros. “Nuestra lucha es ante el olvido histórico”, señala Daniel Saboya, antiguo dirigente nativo hoy convertido en alcalde provincial, quien ha llegado a la zona con víveres y gaseosas como apoyo a los protestantes.
El alcalde Saboya Mayanchi llegó el 27 de julio con agua y alimentos para los indígenas que acatan el “paro amazónico” y que necesitan estos elementos para el sostenimiento de sus familias. Aprovechó para dialogar con los apus de las comunidades originarias de 17 de Marzo, San Martín, Alianza, San Jacinto, Palizada, Bagazán, Sucre, Firmeza, San Ramón, Nahuapa, Maypuco, Urarinas, 28 de Julio del Nahuapa, Víctor Raúl, 23 de Junio y Miraflores. Allí dijo que “todas las comunidades tienen sus necesidades, pero les pido que prioricen cuáles son las más importantes y así poder ser incluidos en el segundo paquete del fideicomiso del cierre de brechas. A los pocos días la municipalidad que dirige lanzó un paquete de siete obras por 7 millones 500 mil soles financiados por el llamado fideicomiso indígena. Todas ellas para construir colegios, ninguna de mejoramiento de servicio de agua. Ninguna en alguna de las comunidades que visitó. Días después se reunió con representantes del Poder Ejecutivo para instalar una mesa de diálogo que terminará con firmas de acuerdos que a la larga provocan desacuerdos con lo que la autoridad edil se convierte en parte del problema y no de la solución. Ese círculo vicioso se da hace más de dos décadas, con bloqueos de ríos, enfrentamientos y acercamientos.
“La paz social es imposible porque hay un Estado con enfoque equivocado, una representación dirigencial débil y las empresas tienen un análisis erróneo, un indicativo es el denominado Plan de Cierre de Brechas que entrega como fideicomiso indígena 200 millones de soles anuales”. Así define Marco Antonio Celis la imposibilidad de generar una cultura de paz entre todos los actores que tienen que ver con la actividad económica extractivista en Loreto. “Todos piden paz social, pero nadie trabaja con seriedad para construirla”, sentencia.
“Fallamos todos”. De esta forma resume la situación de permanente conflicto social en las zonas el ex Viceministro de Gobernanza de la Presidencia del Consejo de Ministros, Raúl Molina Martínez. Cuando digo todos, es todos, nadie se decide a ejecutar un plan serio, reitera. “Fallan las empresas, fallan los dirigentes porque tienen una visión de corto plazo y falla el Estado porque no ha ofrecido alternativas de mejor vida a los pobladores ante la actividad petrolera. Los dirigentes tienen una visión cortoplacista y muchos de ellos se han convertido en autoridades y han pasado de protestar contra el Estado y ahora son parte de ese Estado. La prensa en general tiene tendencia a mirar la parte de la crisis y no la explicación, busca la noticia eventual y de coyuntura pero no hace ningún análisis de una política sostenible para la Amazonía peruana baja. No se debate sobre las alternativas de desarrollo sostenible donde se involucre a esa población dispersa y que tiene los mismos derechos que todos”, expresa el exfuncionario.
Eso se explica por el inmediatismo con que se trata la noticia y el difícil acceso a la zona ribereña, por eso el conflicto permanente, ratifica Molina porque recuerda que cuando estaba en el cargo tenía que viajar a los pueblos para detener protestas que después de cierto tiempo volvían a darse. De ahí nació el Plan de Cierre de Brechas donde las empresas se comprometieron al plan que ya se concretó con el llamado fideicomiso. Pero quien no cumple sus compromisos es el Estado y ha extendido “como un chicle” los 200 millones para que se entregue en los próximos 20 años. “Tenemos un Estado de muy baja calidad y no tiene posibilidades de cumplir sus compromisos”, concluye su análisis Raúl Molina. Una fotografía de lo que sucede en Esparta. Una película que cada cierto tiempo se estrena, con el mismo libreto pero con distintos actores.
El plan de cierre de brechas involucraba a siete ministerios, al gobierno regional y a 27 gobiernos locales de Loreto y hay que hacer que todos esos músicos interpreten el mismo tema, eso es muy difícil de lograr, según Raúl Molina. Hoy sus palabras cobran vigencia. Porque sin la existencia de un plan de ejecución de obras será imposible cerrar brechas, aunque es muy fácil cerrar los ríos y, cual remolino, el círculo vicioso del olvido del Estado siga manteniendo el mismo estado de las cosas, de acuerdo a las palabras de Marco Celis.
“El gran problema es ahora la distribución de la riqueza”, dice Róger Grandez, el economista loretano que más estudió el impacto social y económico de la actividad petrolera. Y añade que esa distribución se está haciendo mal porque no se piensa en planes de desarrollo integrales y, a veces, se limita a la entrega de “bonos excepcionales”. Si esta situación continúa, dice Grandez, dentro de unas décadas seguiremos lamentándonos de la mala calidad de vida de los pobladores de las zonas petroleras y seguirá el enfrentamiento social en contra del Estado cuando la responsabilidad es de todos. Grandez explica el conflicto actual en Esparta porque los dirigentes no han sido capaces de encontrar mecanismos adecuados para que la protesta logre beneficios colectivos y ni el Estado es capaz de asegurar el cumplimiento de compromisos que muestren logros en las comunidades. “Falta servicios básicos y no se ejecuta planes para cerrar esas brechas, a pesar que hoy existen recursos para esos fines y se prefiere entregar bonos excepcionales que tendrán que ser permanentes para detener las protestas”, dice.
Los dirigentes nativos seguirán inventando muertos como el caso de James Pérez. Los lancheros seguirán enfrentándose a los comuneros como muestran los videos proporcionados por ellos. Los representantes del Estado acudirán a la zona tarde en el mejor de los casos y se limitarán a firmar compromisos que no se cumplen y que hoy se hace evidente en Esparta. Eso es lo que, cada uno a su manera, ratifican quienes son consultados y tienen que ver con la actividad petrolera que ha generado la mayor cantidad de riqueza en la región y, sin embargo, se ha convertido en la mayor causa de los conflictos sociales. Mientras que los medios de comunicación cumplen con dificultad el rol informativo y de análisis que deberían tener, según propias palabras de Kevin Rodríguez, hace poco corresponsal de RPP y hoy productor periodístico de una de las emisoras más importantes de Iquitos con cobertura nacional.
Para este informe solicitamos la versión de algún representante de la Presidencia del Consejo de Ministros que tenga que ver con la solución de conflictos. Luego de varias coordinaciones quedaron en avisar para que un vocero sea autorizado a declarar. Pasaron varios días y el silencio se ha impuesto sin ninguna explicación. Silencio para atender a la prensa y olvido para no atender las demandas de los pueblos es la constante en el Estado, según palabras del actual productor de radio “Exitosa”. Y se observa que los dirigentes, ya sea convertidos en autoridades municipales o comunales o viceversa, pasan de manipulados a manipuladores con la misma facilidad y fuerza que corre el río Marañón.