“…Y cuánta gente sufre por las injusticias, cuántos se quedan observando impotentes cómo los demás se turnan para repartirse la torta de la vida. Algunos desisten de luchar por la verdadera justicia, y optan por subirse al carro del vencedor. Eso no tiene nada que ver con el hambre y la sed de justicia que Jesús elogia.”
Papa Francisco
Gaudete et Exsultate N° 78
Los agustinos llegamos a Iquitos en 1901. Desde entonces acompañamos el discurrir de los ciudadanos de esta región con nuestra impronta agustiniana. Actualmente estamos establecidos en Santa Rita de Castilla (distrito de Parinari, río Marañón), Nauta y la ciudad de Iquitos. Nos dirigimos a las autoridades competentes para expresar nuestra preocupación por la situación económica que padece nuestra región. En tal sentido expresamos lo siguiente:
1. La región Loreto vive sumida en una fuerte crisis económica que contrasta con el crecimiento a nivel nacional. Esta asimetría debe ser corregida. Nos parece que el Estado no cumple con su rol de distribución de la riqueza equitativamente.
- Es evidente que el “canon petrolero” no ha servido para el desarrollo de la región, más bien ha alimentado diversos tipos de corrupciones. Hacer depender a una región del “canon” no corrige las desigualdades. Cuando la fase extractiva se paraliza nos encontramos con una recesión económica como la actual, llevando a muchas familias a la pobreza. Hay que encontrar nuevas fórmulas que permitan conservar la región para las generaciones futuras y vivir con dignidad para las generaciones presentes.
- Apelamos a una mejor distribución de la riqueza. Un país no se construye de forma desigual. Las consecuencias las vemos en migraciones desde nuestra región hasta la costa peruana, en busca de un trabajo esquivo en nuestra región. Esto también es un lugar latente para las redes de trata de personas. Mientras no haya una política de distribución de la riqueza equitativa estaremos formando sociedades desequilibradas.
- Una región no puede depender de sus “recursos naturales” por varias razones:
a. La expresión “recursos naturales” apunta a un medio para conseguir otros fines. Por tanto, la extracción es su modo habitual. Nos parecen más adecuadas expresiones como “bienes de la naturaleza”. O, en nuestro caso, “bienes de la creación”.
b. Los “bienes de la creación” son fines en sí mismos, de los cuales nos podemos servir de forma razonable para garantizar una vida digna. La sobreexplotación que lleva a cabo el neo-extractivismo es irracional e injusta.
c. Una región como Loreto, que ha dependido de los diferentes “booms” (caucho, madera, petróleo) no ha encontrado un desarrollo humano, sino que ha causado graves consecuencias para los pueblos indígenas y el medio ambiente. Un crecimiento económico sin desarrollo humano es perverso. La mayor riqueza de nuestra región es su gente.
d. El Papa Francisco apela a la “solidaridad intergeneracional”. El cuidado de la “casa común” se convierte en un instrumento indispensable para dejar un planeta, en nuestro caso una región, en buenas condiciones para las generaciones siguientes. - Aspiramos a una vida digna. Al día de hoy una gran parte de la población continúa sin acceso al agua potable, desagüe, rellenos sanitarios que no filtren tóxicos (lixiviados) a la capa freática, depuradoras que limpien el agua antes de ser vertidas al Amazonas, trabajo y sueldos dignos… Son aspiraciones propias de la vida humana a las que no podemos ni queremos renunciar.
- Urgimos a poner el “bien común” por encima de los intereses particulares. No es suficiente que yo viva bien, necesitamos que todos tengamos una vida digna de ser vivida. De lo contrario nos encontraremos con sociedades fracturadas y polarizadas donde todos perdemos. Es hora de la política como preocupación por los intereses comunes.
- En nuestro caso particular, como discípulos de Jesucristo, apelamos a evitar sufrimientos innecesarios buscando un desarrollo humano que permita a todas las familias vivir con dignidad. Lacras como la contaminación, la deforestación, la trata de personas… se ceban en los grupos más vulnerables. Quienes más sufren esta crisis son las poblaciones indígenas, de quien el Papa Francisco hizo una ardiente defensa en su reciente visita a Puerto Maldonado. La distribución justa de la riqueza nacional evita el malestar y erradica posibles conflictos. Es en este seguimiento de Jesús que llamamos la atención del Estado para con una región que sigue bullendo en su biodiversidad amenazada y padece una potente e injusta crisis económica.
Agustinos del Vicariato Regional de Iquitos.
Iquitos, 27 de mayo de 2018