A lo largo de la historia, surgieron diversos enfrentamientos entre la clase oprimida y los opresores. Muchas sociedades actuales, deben sus manifestaciones y estilos de vida a culturas extranjeras, si bien aún poseen particularidades oriundas del lugar de nacimiento, el macro de sus características es producto occidental. De igual modo, aquellos imperios colonizadores, para imponer sus dominios recurrieron a la fuerza, la violencia, las armas, el terror, las matanzas, el hambre, de modo que los afectados dependieran psicopatológicamente de sus agresores, al nivel que el mínimo intento de sublevación era castigado hasta con la muerte. El Perú no fue ajeno a tal contexto, abusivos y abusados convivían tanto dentro como fuera del país; es más, Loreto no dejó ni deja de ser protagonista en el mercado de las películas genocidas que es la vida. Durante mediados del siglo XVIII (18) y empiezos del XIX (19) Iquitos fue sede principal en la amazonia peruana, de un acaudalado comercio fluvial que venía desde Inglaterra hasta Iquitos, pasando por Brasil (Belén de Pará, Manaos y Tabatinga). Este comercio se dio como resultado de la explotación del caucho, materia prima requerida en grandes cantidades por el continente europeo para la producción a gran escala de las llantas de neumático para bicicletas en un principio y luego para la industria automovilística, de igual modo para otros productos impermeables, como también prendas de vestir e instrumentos diversos. La calle La Condamine de Iquitos debe su nombre al francés Charles la Condamine, naturalista que en 1745 informó a occidente sobre las variedades del caucho en la amazonia.

En el otro extremo, opuesto a la opulencia, estaban las tribus indígenas víctimas del cepo, mutilaciones, violaciones, muertes. Cuando se denunciaron los hechos por personajes peruanos y británicos no víctimas de la corrupción, si bien los oprimidos quedaron libre, sus verdugos no fueron castigados y los que sí recibieron condena, fueron absueltos a la brevedad. Hoy en día, aquellas comunidades ancestrales que en la época del caucho sufrieron opresión, nuevamente están siendo privadas de sus principales derechos como es el vivir tranquilamente en un ambiente sano y acogedor donde su descendencia pueda seguir desarrollándose libres de inseguridades. En menos de un mes las regiones de Amazonas y Loreto sufrieron derrames de petróleo, el río Marañón pronto se verá afectado, en tal sentido los demás afluentes con los que se conecta también se contaminarán, es decir los ríos que rodean a Iquitos estarán infectados como todos los peces y demás seres que habitan en él. Si desde ahora no levantamos nuestra voz de protesta en contra de estos atentados, en no más de tres décadas, nuestro linaje, nuestra sangre, nuestros hijos, los hijos de la selva, nacerán en un mundo oxidado, comerán alimentos con sustancias impropias para el consumo humano –más de las que ya existen hoy- y tendrán una corta y enferma vida adulta –más de la que ya tenemos hoy-. Por tal motivo, se insta a la población loretana, en especial a los jóvenes líderes sociales sedientos de expresión por una vida más larga y digna sin ecosistema maltratado por ciegos intereses económicos de unos pocos, a informarse sobre los hechos acontecidos en nuestra región porque nos afectan directamente, para, seguidamente, alzarnos de forma unida y levantar una misma voz de protesta dirigida a los malos guías de nuestra patria donde se les haga saber que en Loreto viven personas despiertas y consecuentes con sus actos, en tal sentido, si a la amazonia la quieren oprimir contaminando sus bosques y aguas, absténganse a las consecuencias revolucionarias de una región afectada. 1896: Proclamación de Loreto Federal; 1921: Revolución de Iquitos; 1933: Luchas por la defensa de nuestros territorios; proceso de rebelión de los pueblos indígenas. Los levantamientos en contra de la opresión es cultura loretana.