Un hombre es infiel por aburrimiento. Constantes reuniones de negocios en la noche, manchas de lápiz labial en la camisa, exceso de atención al celular, hay señales que delatan a un hombre infiel. Y aunque el matrimonio no disminuye la probabilidad de infidelidad sí es más probable que el “caballero” prefiera quedarse con su mujer en vez de abandonarla para iniciar una nueva relación.
Aunque es tristísimo, un hombre infiel no deja a su esposa por comodidad:
- En casa tiene todo lo que necesita. Un techo, una familia, una pareja (oficial). Y a pesar de todo, sexo seguro.
- El que arriesga quizá no gana. Tiene miedo de que la nueva relación no sea tan buena. Teme quedarse (como se dice vulgarmente) como el perro de las dos tortas. Aplica justo al revés que el dicho popular “Más vale mal acompañado que solo”.
- El divorcio es complicado (y costoso). Antes de complicarse con abogados, audiencias, pensión alimentaria y división de bienes, prefiere quedarse en la seguridad del hogar.
- No quiere perder a su familia. A pesar de lo emocionado que esté con una nueva relación, sabe que al abandonar a su familia, ya no compartirá las cosas cotidianas de una relación padre e hijo, y que todo cambiará para siempre.
- “Ama” a su esposa. Por absurdo que parezca, culpa a la amante de lo sucedido y, por supuesto lo único que “ama” es su seguridad. Como afirmaba Juan Gabriel, “No cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”.