Desde el sur del país nos enteramos que un nuevo incendio en el sector más pobre de la ciudad de Iquitos acaba de ocurrir dejando a unas veinte familias damnificadas. 17 viviendas consumidas al cien por ciento por las llamas y cinco parcialmente, es el lamentable y triste saldo. Sin embargo, no solo esto preocupa sobremanera, también el reiterado cargamontón contra los bomberos voluntarios. No es posible, decimos, que la frustración, impotencia e indignación de los pobladores apunte a los miembros de uniforme rojo, cuando lo lógico debe ser que le pongan en la mira de la crítica a todas las autoridades responsables de implementar y equipar a las compañías de bomberos. Una vez más, injustamente, la pita se rompe por la parte más delgada.

Pero también el domingo otro escándalo volvió a sacudir el Congreso de la República. Como para no perder la costumbre, se nos informa que varios congresistas fujimoristas pasaron a formar parte del club de los señalados de haber recibido una buena tajada de la torta sabor corrupción de Odebrecht. Entre ellos la representante de Loreto, Tammy Arimborgo. 40 millones de soles y una casa en el distrito limeño de La Molina, indica la grave acusación. La parlamentaria no se ha pronunciado, hasta el momento de este escrito, al respecto.

Por su parte los precandidatos siguen en lo suyo, es decir, atacándose entre ellos pero con una carencia de propuestas viables y serias en bien de la población. Y sumados a ellos, siguiéndoles la corriente, varios seguidores y ayayeros graduados en estas lides.

En tanto, las autoridades siguen cuestionadas, en mayor o menor grado, por su pasividad en la gestión pero muy activos respaldando tal o cual candidatura con total desparpajo. Sintiendo que la población se está tragando ese sapo. Tremenda equivocación que estamos seguros se confirmará el domingo 7 de octubre, día de las elecciones municipales y regionales.

Cuatro situaciones tan vergonzosas como indignantes, que están ahí ante nuestros ojos y narices, impresentables y malolientes. Francamente, tienen el sello distintivo de la mediocridad que nos carcome y de la corrupción que nos infecta inmisericorde. Desde lejos, la vista panorámica nos muestra crudamente esta realidad. Lamentable, triste y dolorosa.

@RMezaS

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