El populismo lector no es de estos tiempos de las redes sociales, se remonta hasta las calendas griegas. Lo que pasa es que los de hoy son tiempos más acelerados, líquidos y vacuos. Lo que se publica hoy, se lee al momento, mañana ya no interesa, además, es eminentemente emocional, se puede notar con los comentarios de la gente en las redes sociales, casi siempre parecen responder con el hígado u otro órgano. Es muy frecuente leer, hasta en los diarios, supuestamente, serios en el mundo la lista de los libros que no te debes perder de leer ¿Habrá una lista así? Cada uno puede confeccionar su nueva lista y seguro que sigue siendo arbitraria, depende de los gustos y preferencias. Recuerdo que en los magros años universitarios, con el terrorismo encima y la aplicación de las políticas de shock sobre nuestros bolsillos, había un ilusorio debate de ¿Quien era mejor escritor Vargas Llosa o García Márquez?, En ese Perú, de modorra provinciana, la discusión era ¿Vargas Llosa o Ribeyro? Eran falsos debates porque, en verdad, sería un mundo realmente soso pensar en la posibilidad que uno de ellos sea el mejor. Este aparente debate es empujado por el sistema educativo y económico que divide al mundo entre «los triunfadores y los fracasados», quien debe ser el mejor y nada más ¿Puede decirse eso en literatura? Ese interesado y dirigido debate oculta o sepulta a muchos otros escritores o escritoras ¿Dónde pusiéramos a Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Manuel Puig, Julio Ramón Ribeyro (para citar a los latinoamericanos) entre otros? Hoy se sabe que los daños colaterales del boom latinoamericano fue hacer no ostensible a mujeres de gran valía, estas eran periféricas y que muchas recién son conocidas. Pero ese defectuoso debate puntual, en estos tiempos, con las redes sociales tiene mayor repercusión. Esta suerte de populismo libresco (que alienta la inopia) también ha llegado, espero que sea por poco tiempo, a la floresta. Leía que una persona que concurría a una charla opinaba sobre sus preferencias literarias sobre la poesía amazónica de los años ochenta, en especial del grupo Urcututu y citaba a un autor de su preferencia. Era una opinión que no hubiera trascendido si no se hubiera sido publicado en las redes sociales ¿La preferencia lectora y puntual, de un ciudadano de paso, es noticia cultural y libresca? Teniendo una valiosa poesía amazónica del Grupo Urcututu, ¿Podemos constreñirnos a un solo autor o autora? Sería realmente cerril. Más bien, alentemos a leer a la buena e importante poesía de los autores y autora de este grupo, y no solo a uno. Cierta vez a Borges le preguntaron sobre quién es el mejor poeta de Francia, le preguntaban sobre uno ellos y él decía, sí, es él, pero seguidamente le citaban a otro, que también decía sí él también. Finalmente, Borges replicó con sorna y sindéresis ¿Por qué debe ser solo uno? No promovamos dirigismos y elecciones estériles, perdemos todas y todos.

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