Las comunidades La Petrolera y Santa Teresa reportaron irregularidades en las medidas que adoptó Pluspetrol para atender el derrame de petróleo que llegó a la quebrada Patoyacu en el río Chambira. La emergencia identificada a inicios de junio, aún no es contenida a pesar de las constantes alertas.
La quebrada Patoyacu es fuente de uso y consumo para las comunidades y la falta de limpieza dificulta la alimentación de sus pobladores. El derrame impactó mortalmente a un shirui, pez que forma parte de la dieta de las familias urarinas.
En La Petrolera, solo se dio el levantamiento del hidrocarburo de manera artesanal, lo que no subsana el daño ocasionado. En Santa Teresa, la asamblea comunal remitió una carta a la oficina de Asuntos Comunitarios de Pluspetrol denunciando el abandono de la empresa. Demandan la asistencia de agua tratada, medicamentos y víveres, amparados en la normativa para estos casos.
Además, los jóvenes encargados de la limpieza trabajan sin contar con el equipo de protección personal (como guantes, mascarillas, chalecos, lentes de protección y mamelucos). La exposición al crudo es evidente tanto en los rastros de combustible en la quebrada, lo que genera migraña, náuseas, dificultad para respirar entre los pobladores.
La población exige la atención en salud y asistencia alimentaria que por normativa el Ministerio de Salud del Perú debió desplegar apenas inició la emergencia.