Christopher Acosta, autor del libro, obsequió un ejemplar y un polo entre los asistentes con un requisito: que dijeran una de las tantas frases de César Acuña

ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel

Contrariamente a lo que se está diciendo por estos días, el libro Plata como cancha de Christopher Acosta, es un homenaje a la libertad de expresión. Es una reafirmación de la libertad de expresión. Porque precisamente todo lo que ahí se escribe es en uso de esa libertad de expresión que todo periodista debe practicar. Lo que ha hecho el juez Jesús Vega es una demostración del nivel de administración de justicia que tenemos el país y que está resumida en esa parte de la sentencia condenatoria cuando se afirma que se difamó porque el periodista que cita la versión de terceros no estuvo en el lugar de los hechos. Más allá que la sentencia es una aberración jurídica, hay que decir que decisiones judiciales de este tipo, nos referimos a la condena, no al juez, deben servir para ratificar nuestra fe en el periodismo.

El trabajo de Acosta, ya de por sí imprescindible para conocer la vida y pasión de un político, es una ratificación de la vigencia del periodismo y la fortaleza del libro. Porque todo lo que se escribe en Plata como cancha es producto del uso de las herramientas que este oficio exige. Consulta de fuentes, logro de documentos secretos, análisis del contexto y la escritura ágil y de expectativa. Y, como bien lo señala una crónica de Fernando Vivas posterior a la resolución del juez Jesús, la gente cercana a César Acuña le ha confiado que más allá de los hechos y las frases, lo que molesta al denunciante es la publicación de todo ello en un libro.

Y es que no debe ser agradable para un político que alguien biográficamente, le desnude. Más aún cuando ese político quiere dar una imagen de emprendedor, de superación desde la humildad a la opulencia, de respetuoso de la mujer cuando la insulta y escupe, de fanático de la unidad familiar cuando la desintegra y humilla, cuando no la de intenta destruir, de constructor de un emporio universitario que no es más que una suma de cuentas bancarias donde la calidad profesional es lo que menos cuenta. Y así podemos seguir relatando los pasajes de este libro que pone al descubierto los secretos, impunidad y fortuna de César Acuña. Al leer el libro y entretenerse con las afinidades que el personaje va forjando uno se detiene en cualquiera de sus páginas y se pregunta ¿cuántos césaracuñas habrá en la política nacional y regional? Uno lee el libro y es inevitable encontrar paralelos entre César Acuña y políticos loretanos que postulan siempre y perdiendo las elecciones aumentan su fortuna, políticos que forman agrupaciones para negociar espacios y asientos burocráticos, políticos que ya sean de izquierda o derecha hacen todo por llegar al poder con una imagen que es inversamente proporcional a lo que son. “Todos tenemos historias que ocultar. Plata como cancha revela las de César Acuña”, nos dice Christopher Acosta el 1 de enero del 2021 y en esa frase encierra el mundo periodístico: revelación de historias que otros quieren ocultar y, para variar, jueces quieren condenar. No olvidemos que el libro de Acosta sigue el camino de otras publicaciones tan antiguas como la escritura misma, El Quijote por ejemplo es una crítica contra el código de prejuicios de la época, contra la corrupción imperante, el mal gobierno, las injusticias sociales, la venalidad de los jueces y en contra de todas las lacras de la sociedad española de su tiempo. Y eso de alguna manera es Plata como cancha. Además y ojalá eso sí sea una diferencia, El Quijote, comienza a gestarse, según el prólogo de esta obra, cuando Cervantes es encarcelado por un año por no poder rendir cuentas. No se sabe si quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o, simplemente, que se le ocurrió la idea allí. Esperemos que Christopher Acosta no vaya nunca a prisión a pesar de tener la condición de condenado y sí más bien siempre nos esté revelando los secretos de los políticos.

Para Tierra Nueva, que siempre está promoviendo actividades que giren en torno al libro, es importante que hace 56 días, cuando nadie presagiaba una condena en su contra, Christopher Acosta haya aceptado participar de esta presentación. Y con un añadido regional, amazónico y por ello muy especial, que el abogado defensor de su causa sea un loretano como Roberto Pereira, uno de los especialistas en libertad de expresión que, curiosamente, ha perdido en una primera instancia esta causa. En momentos que una frase dicha por un político regional en el sentido que en Loreto somos primeros en todo lo malo y últimos en todo lo bueno, hay que decir que Iquitos es la primera ciudad de provincia en la que se presenta Plata como cancha y se hace en un día que hace un año el protagonista de este libro, un 15 de enero del 2021, llegaba a la capital loretana para pedir el voto que le lleve a la Presidencia de la República.

Hoy que esta presentación llega a regiones como Junín, Ayacucho, La Libertad, Piura, Lambayeque, Ica, Cusco, Puno y Arequipa, a través de la Red de Medios Digitales y a la que se ha unido el Instituto de Prensa y Sociedad bajo la señal de Pro & Contra Digital, debemos agradecer a Christopher Acosta por ratificar la importancia del periodismo y a Roberto Pereira por acompañar siempre la defensa de la libertad de expresión.

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