Luego de ganar las elecciones en Madrid la derecha española que es una mezcla de liberales, conservadores y nostálgicos franquistas, un mejunje ideológico intragable y altamente tóxico, una de sus primeras medidas estrellas al sentarse en el poder fue levantar las multas a Madrid Central, lo cual suponía que el área restringida quedaba en suspenso y hala, daban la bienvenida a los coches y autobuses, porque esa medida, la de Madrid Central, según ellos, era una intromisión en la libertad individual – un despropósito mayúsculo respaldado por una ideología y contra la vida en común de los que vivimos en esta villa. Así que ellas y ellos, los ganadores de las justas electorales, cámara en mano fueron a uno de esos lugares donde levantaban esa medida de la restricción del tráfico de vehículos ¿tenían en mente que estaban derribando el muro de Berlín? Era una imagen de la que hubiera ansiado Buñuel en “El ángel exterminador” al fotografiar el muro invisible. La prensa fue allí también y tomaron fotos, la más memorable, es aquella en la que se ve a la vicealcaldesa de Madrid con un móvil en la mano y haciendo un clic, junto al Alcalde elegido de pocas luces, sonriendo cuando levantan unas macetas que impedían el ingreso de los automóviles en aras de la calidad del aire y la salud de los habitantes de la almendra de Madrid, pues ellos saltaban de un pie, anunciando la medida contraria por pura ideología y poco sentido común, y contra la salud de la población. Una estupidez desde todo punto de vista, menos para estos monjes del dogma. Me recuerda estas medidas ideológicas a esos comisarios comunistas que leían la cartilla al proletariado para que no se desviaran del camino, que ellos asegurarían la puridad y el camino a la clase trabajadora. Eran alocuciones llenas de dogmatismo como salían en los vídeos los militantes de Sendero Luminoso en sus sanedrines donde escuchan enfervorizados la palabra de los delegados del pensamiento que les enseñaban el camino a seguir de acuerdo a las directivas del partido. Aquí seguimos emperrados en ejecutar medidas contra el sentido común por pura necedad. Pierde Madrid.
P.D. Recientemente se han publicado fallos judiciales, felizmente, que han restaurado la medida de la anterior gestión municipal manteniendo Madrid Central.