¿Sabes cuántos peruanos tienen un smartphone? Según un perfil elaborado hace unos meses por Ipsos Apoyo son 7,4 millones, de los cuales el 30% vive en la zona urbana y el 40% representa a las personas entre 12 y 70 años. Además, la mayoría sigue optando por prepagos (51%) versus pospagos (48%), aunque esta brecha se acorta cada vez más por la necesidad de los smartphoneros de estar siempre conectados.

No es para menos, los smartphones se han convertido en nuestro brazo derecho literalmente: nos recuerdan fechas importantes, números de teléfono, nos ubican en las calles, nos ayudan con feedback sobre restaurantes, escuelas, eventos, nos permiten comprar entradas para el cine y conciertos, y ver películas desde su multifuncional pantalla mientras esperamos por algo. No podemos estar un solo minuto apartados de ellos.

De hecho, según el mismo estudio, el tiempo de uso promedio de estos adictivos aparatitos es de 7 horas, con una duración de batería de 12 horas y unas 13 apps instaladas y usadas continuamente. Las más descargadas tienen que ver con redes sociales (81%), fotos y videos (78%), radio y música (61%), herramientas como alarmas (50%), buscar información y ver TV y películas (41%), entre otros.

Lo cierto es que los beneficios que ofrece el mercado hoy hacen imposible no aprovechar el smartphone cada vez más. Algunos de ellos son: minutos para llamar a cualquier operador, megas adicionales de internet, Facebook y Whatsapp ilimitado, las dos apps más usadas para la comunicación con familia y amigos.

Además, tener un aparato tecnológico que nos permita el streaming desde cualquier rincón del mundo es una gran ventaja en estos tiempos donde registrar hechos de injusticia o de inseguridad se ha convertido en una tarea vital del ciudadano. El smartphone puede ser un arma realmente poderosa para defensa y denuncia. El primero trata de evitar ataques, violaciones o robos; mientras que la segunda facilita la detención de los culpables a las autoridades.

Cualquiera sea el objetivo que persigas hay un app: para hacer más ejercicio, buscar un programa de voluntariado, conocer parques ‘friendly’ para pasear a tu mascota, comparar hospedajes, ayuda para meditar, controlar tus signos vitales y otros aspectos de tu salud, o simplemente actividades que nos parecen rutinarias pero que no hemos dejado de hacer como leer o escribir.