Papeles de invierno

De casa a unos minutos a pie está la multicultural plaza de Lavapiés. Allí en pocos metros cuadrados puedes escuchar muchos idiomas del mundo -hasta de los Otavalo, indígena comerciantes de Ecuador. Un idioma africano, chino, árabe, pakistaní, inglés, francés, italiano, alemán, rumano, búlgaro entre otros que olvido [en Madrid coexisten personas de más de 183 nacionalidades]. También, en esta maraña, y es una riqueza, el español peninsular [a muchos nativos les cae como tiro] es aliñado con diferentes dejes como el colombiano, ecuatoriano, peruano, boliviano, dominicano, cubano, argentino y de casi todo el continente americano. Es una pequeña babel. Se reúnen en diferentes grupos alrededor de la plaza y también cerca de la estación del metro hay grupos de activistas sociales o altermundistas, aquellos que creen que otro mundo es posible [va en sentido contrario de antisistema que tiene una fuerte carga peyorativa]. Para mí son aguas de albufera. Aquí se mezclan diferentes lenguas y percepciones del mundo. Es de un crisol impresionante. Así en este batiburrillo cultural me tope con una afiche donde se anunciaba  algo así como conferencias sobre la Desobediencia civil, Hennry David Thoreau, filósofo norteamericano quien fue uno de los primeros en pergeñarlo y firme activista de la deep ecology, de vivir en plena naturaleza, credo que los ambientalistas peruanos de saco de corbata desdeñan [para cojudos los bomberos, señalan], ellos andan felices en su BMW. Mierda, dije casi con asombro al leer el cartel. Entre los ponentes de ese evento hay dos que me llamaron la atención, no por sus ponencias sino en la forma como se representaban. Uno se representaba bajo el rótulo de Activista anticapitalista, confieso que me despistó ¿Habrá vociferando en las calles activistas capitalistas [salvo que sea Hernando de Soto y sus esbirros]? Porqué no ponerse simplemente activista, el otro adjetivo sobraba a mi modo de ver. Seguidamente había una chica bajo el rótulo de ecofeminista, ufff rezongué, son el paté de los tiempos posmodernos. Que se grafica por el exceso de singularidad. De ser genuinos. Únicos. Ah, el invierno.

 

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