El solaz despertar de Moyobamba nos deparaba otras sorpresas, sorpresas de las buenas. Esa mañana habíamos previsto visitar al jardín botánico “Amazonía” que está por el antiguo aeropuerto, es más, con el taxi íbamos por las antiguas pistas de aterrizaje ahora que el pasto la ha invadido, creo que en Moyobamba ya no hay aeropuerto (es conocida las tensiones entre estas dos ciudades que se hacen contrapeso entre Moyobamba y Tarapoto). Hace años en mi visita a esta ciudad que, en su momento, fue la antigua capital del Departamento de Loreto y la ruta que siguieron los exploradores coloniales de El Dorado, me encontré circunstancialmente con un prefecto jovial y muy hábil, estábamos a meses del post- conflicto que tuvimos los peruanos con las fuerzas terroristas de entonces. Fueron días interesantes con él, tuvimos una reunión con diferentes instituciones sociales que habían sufrido en carne propia la violencia y armada, y dieron la cara en nombre de ese Estado peruano que, muchas veces, los ignora. Al llegar al jardín botánico una persona delgada, con gafas para sol, de bigotes y con una sonrisa nos esperaba en la puerta, recién caí que era ese prefecto de entonces, David Landa. Recuerdo en una novela que escribí “Turbación de manatíes” explora y menciona a este personaje anónimo. Nuestras vidas tomaron derroteros distintos. Me fui de Perú y David siguió en el país. Ahora él lidera este proyecto propio del jardín botánico “Amazonía” Me impresionó que su entusiasmo no hubiera decaído para nada con el paso del tiempo, seguía con los mismos bríos y con proyectos en la testa. La idea que tiene él es hacer el mayor centro en el mundo de bromelias, plantas de la familia Bromeliaceae y está en ello con mucho tesón, quien nos acompañó en el recorrido del jardín fue Dennise Díaz, ingeniera ambiental, nos contó y enumeró las variedades de bromelias que están en el vivero. Nos hemos quedado asombrados del proyecto, además están habilitando unas viviendas para la gente que le gusta el campo y desdeñe los defectos urbanitas. Lo interesante de Moyobamba es que hay gente con un proyecto detrás y ejecutándolo. Ánimo, David.

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