– No es patería, es la verdad
ESCRIBE: Héctor Tintaya Feria
Desde hace casi un mes que vengo llorando permanentemente. Pero es un llanto medio raro porque sólo se produce por el ojo derecho. Desde que salí de Iquitos ese ojo no ha cesado de lagrimear. A veces lo hacía más profusamente, a veces en menor cantidad. No producía legañas ni me impedía la visión, sólo lagrimeaba cada vez que me concentraba en algo. Muchas veces amigos y conocidos que me miraban después de largos meses o años me preguntaban si así de triste me había quedado luego de haber retornado de la ciudad tropical, pero mi respuesta siempre era la misma. “Es conjuntivitis”, con lo que terminaban la conversación inmediatamente y peor aún, si tenían hijos de por medio, veía cómo secretamente los iban separando de mi lado. Eso era extraño y vergonzoso pero también cómodo porque si no quería la conversación con alguien o simplemente quería estar solo, decía fuerte que tenía conjuntivitis y al toque se corrían como si se tratase de un leproso. Por mí feliz, pero no era conjuntivitis.