Me gusta ver los partidos de tenis. Bramo en cada buena jugada, F se queda mirándome pero no me reprocha. Muy en el fondo es un partido de las emociones. Observo la actitud de los jugadores ante un punto perdido, como rumian su próxima jugada o se animan después de perder un game o fuerza un revés que no es bueno. Los jugadores y jugadoras deben gestionar a lo largo de los sets esos sentimientos. No es fácil. Lo podemos ver en los marcadores de los sets. Uno puede empezar ganando el primer set y perdiendo los dos finales. Hay que tener una buena testa que no procrastine sino vamos perdidos ¿Qué es lo que pasó en ese interregno de tiempo? Es todo una pregunta no muy fácil de contestar a priori. Para mí siempre me rondan esas preguntas sobre esos agujeros negros mentales. Así empecé a leer el libro “Open. Mis memorias” de André Agassi. Cuando tenía el libro entre las manos le comenté a un pata y me dijo, “vas a leer a ese segundón”, no le dije nada porque sabía que era una respuesta superficial, sin miga. Esa respuesta es tramposa y esconde mucho. La idea primera que se tiene de Agassi es que era un tipo temperamental y que iba a su puñetera bola, esto último es cierto y quizás, por eso, muestre simpatía con él. Le sancionaron por insultar a una jueza de línea, por ejemplo. Sus vestimentas deportivas daban que hablar, cuenta que jugaba sin calzoncillos. Pero al leer el libro uno entiende mejor esas actitudes de Agassi. Tenía una relación de amor/odio con el tenis. Su padre le puso a practicar desde muy niño, por cierto, fabricó un cañón para que lanzara pelota y el pudiera golpear los drive durante un buen tiempo. Eso es una carga psicológica muy fuerte para un niño. A lo largo de las páginas uno puede entrar en esa difícil y vivificante geografía de las emociones de quienes están con una raqueta en la mano y buscando un punto ganador. Así puedes rasguñar la siempre disputada hegemonía con Pete Sampras. En este deporte hay que tener la concentración a flor de piel, en cuestiones de segundos debes tomar decisiones. Aquí los errores se pagan y no lo diluyes a la tribu como se hace en los deportes colectivos. Un mal día puede pasarte seria factura ¿cómo sales de una situación adversa? Mientras leía las memorias entraba a Youtube para ver algunos partidos jugados por él y relacionaba a lo que iba leyendo en el libro. Como en el caso de los porteros, este deporte es para gente solitaria.

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