Tras la disolución del Congreso de la República y luego de este breve interregno parlamentario, el próximo 26 de enero elegiremos a nuevos congresistas, que estarán llamados a legislar en lo que resta del mandato, hasta el 2021. En ese marco, se dieron elecciones internas dentro de los partidos políticos inscritos, las cuales fueron muy oscuras, como es de costumbre, tal como lo señaló el Dr. Fernando Tuesta.

Bajo ese manto de oscuridad, van apareciendo los postulantes oficiales a este nuevo Congreso, entre caras ya conocidas –como el “político profesional” Mauricio Mulder, Mercedes Cabanillas y Marta Chávez, quienes espero estén descartados “de facto” por nuestra población- y caras nuevas, que tienen como bandera e impulso, su “juventud”, sus ganas de hacer las cosas de manera diferente y sobre todo, por un cambio generacional, lo cual considero valioso y necesario. Sin embargo, advierto estas caras políticas nuevas a nivel nacional y sobre todo en nuestra región, no se alejan de lo ya acostumbrado en anteriores elecciones, toda vez que encontramos profesionales con diversas carreras, pero con especializaciones o experiencias un tanto alejadas de la gestión pública y quizá desconocimiento de la labor que pretenden ejercer.

En ese sentido, considero necesario y urgente esclarecer cuales son las funciones de los Congresistas de la República, cuál es su trabajo y cuáles son los requisitos mínimos que como electores debemos considerar y tener en cuenta al elegir a nuestros candidatos, ya que si bien nuestra Carta Magna establece que, para ser elegido Congresista de la Republica solo debes cumplir con ser peruano de nacimiento, ser mayor de 25 años y estar facultado para votar – requisitos que más de la mitad del Perú cumple-, ello no es suficiente para elegir a los más idóneos para dicho puesto.

Dicho esto, es menester tener en cuenta que, según nuestra Constitución Política y el Reglamento del Congreso, los congresistas cumplen tres funciones: (i) función legislativa; (ii) función de control político y fiscalización, y; (iii) funciones especiales como la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, el Contralor General de la República, el Defensor del Pueblo, etc.

Bajo este marco, en observancia de la función legislativa, es necesario exigir que los postulantes al Congreso tengan conocimientos de como legislar o cuenten con algo de experiencia en reglamentos y normativa interna –de forma mínima de una junta vecinal o asociación–, por lo que es necesario que tengan conocimientos “básicos” de derecho – no necesariamente que sean abogados, ya que varios de mis colegas del anterior parlamento dejan mucho que desear, toda vez que propusieron normas inconstitucionales– y que cuenten con conocimientos de la gestión pública y del manejo de la misma, ya que ello es necesario para el impulso de la norma que desde su despacho proponga.

Asimismo, en cuanto a la función de control político y fiscalización y las funciones especiales, es importante observar el accionar ético y moral que tienen los postulantes, ya que ello se verá reflejado en la facilitación u obstruccionismo que ejerzan sobre el gobierno, toda vez que estarán a cargo de:

(i) La investidura del Consejo de Ministros;

(ii) El debate y realización de actos de investigación, para la aprobación de acuerdos sobre la conducta política del Gobierno y de los actos de la administración de las autoridades del Estado; así como la fiscalización sobre el uso y la disposición de bienes y recursos públicos;

(iii) El antejuicio político a los funcionarios públicos que cuentan con inmunidad, cuidando que la Constitución Política y las leyes se cumplan y disponiendo lo conveniente para hacer efectiva la responsabilidad de los funcionarios responsables, y;

(iv) La designación, de los miembros del Tribunal Constitucional, el Contralor General de la República y el Defensor del pueblo, entre otros.

Considerando lo descrito, también debemos advertir a los electores que, es ilógico y contraproducente elegir a los Congresistas que nos hagan promesas baratas y descartables como “más obras públicas, con más colegios y desarrollo en infraestructura para la región”, ya que no tienen capacidad de gasto y no pueden promover, mucho menos iniciar obras públicas; tampoco deberían prometer ofertas laborales si logran colocarse en una curul, ya que ello no es ético, ¿cómo nos quejamos del anterior Congreso si caemos en lo mismo?. Desde mi punto de vista, la propuesta idónea que deberíamos escuchar por parte de los candidatos, es que buscarán impulsar el desarrollo de la región y la generación de valor público mediante proyectos de ley y que para ello cuentan con el apoyo de su bancada –simple, que legislaran con calidad y cuentan con el respaldo para hacerlo-.

Es por ello que, debemos ser muy acuciosos en la elección de los nuevos miembros del Congreso de la República, si bien ejercerán por poco tiempo y para las próximas elecciones tendremos nuestras reglas, los que elijamos ahora son los que emitirán las leyes próximas al bicentenario, y no es posible que las mismas devengan en inconstitucionales o no sean las que se necesitan con prioridad; por lo que, tampoco es idóneo que sigamos eligiendo a las mismas personas o gente manipulable por los ya conocidos. Exijamos lo mejor, para que mañana no tengamos que salir a marchar o protestar para sacarlos por negligentes y obstruccionistas.

Miguel Angel Rojas Ríos

Abogado

Maestrando en Gobierno y Políticas Públicas

rojasr.miguel@pucp.edu.pe