Espectro

Por Miguel Donayre Pinedo

[Cualquier hecho parecido con la realidad es una coincidencia]De ser cierto, es muy sintomático lo que ocurre en el Municipio de Isla Grande, en la floresta peruana. Es un lugar donde todo no es lo que parece. Es el sueño del absurdo. Es una irrealidad. Una ilusión. Cuando el azote del monte daba guadañazos a la población con un número de muertos – sobre todo de niños, el responsable del municipio no era habido. Se hizo humo, adquirió la cualidad de volverse invisible, etéreo. En plena epidemia del dengue, el burgomaestre, alcalde del municipio no se encontraba en la ciudad. Hizo las de Villadiego. Se piró, seguramente para hacer labores propias de su condición y cargo, nadie lo cuestiona que serían ineludibles. No se critica que se haya ido de la isla sino el sentido de oportunidad de la decisión que todo gobernante debería tener. Pero no fue así. Y en los mentideros corre la noticia que amén del dengue que para ellos es una cuestión anecdótica, están en plena deliberaciones con las fiestas de Don Carnal ¿es esto oportuno y adecuado? Claro, la población insular anda enardecida ante tamaños desatinos.