Lucas Fabián falleció, aparentemente, víctima de una negligencia médica al interior del Hospital Apoyo de Iquitos.

El menor de 12 años presentó síntomas de fiebre y malestar general el pasado 07 de agosto, día en que fue llevado a un consultorio particular para recibir atención. Pero a sus padres les indicaron que debían regresar horas después y esperar ser recibidos por un pediatra.

“Solo le dieron paracetamol y le inyectaron una ampolla para bajar la fiebre”, contó a Pro y Contra Maribel Aspajo, madre de Fabián.

La pesadilla empezó al percatarse que el médico identificado como Eliangel de los Santos Morán Gonzáles, quien dijo ser pediatra, resultó ser cirujano.

SIN MEJORÍA

Pasados los días y al ver que el menor no mostraba mejoría, lo sometieron a análisis de hemograma completo. Resultados que arrojaron que sus plaquetas estaban bajas y posiblemente padecía dengue.

El 12 de agosto las cosas empeoraron. Fabián fue ingresado a la Sanidad PNP, donde el médico de turno ordenó prueba de gota gruesa dengue, análisis de orina y heces. Los resultados indicaban que no tenía dengue.

Los especialistas presumían que se trataba de Malaria. La preocupación aumentó y fue trasladado al Hospital Apoyo Iquitos.

“Los médicos no sabían dar con lo que tenía y solo le ponían ampollas y recetaban paracetamol”, narró la madre del menor.

Tras idas y venidas, los síntomas eran cada vez más evidentes, pero ningún análisis daba cuenta del padecimiento de Lucas.

NEGATIVO A COVID

A los malestares generales y la fiebre, se sumó un dolor de estómago. Los médicos sometieron al pequeño a una prueba para descartar Covid-19. También arrojó negativo.

Horas después de ser hospitalizado en Pediatría. El médico de turno, Bernardo Laulate Lozano, diagnosticó (sin someterlo a algún análisis de laboratorio) que presentaba Leptospirosis.

La leptospirosis es producida por el contacto directo con la orina de los animales infectados o mediante el agua, el suelo o alimentos contaminados.

Lo internaron, le pusieron medicamentos con suero y el día 14 le dio una taquicardia. La salud de Lucas empeoró.

Tanto su saturación y presión empezó a bajar. Las horas posteriores que vivió Lucas, como sus padres al interior de las frías paredes del nosocomio, fueron como una pesadilla al conocerse que debían intubarlo.

Según lo descrito, más de 10 médicos intervinieron en este procedimiento que dejó al pequeño con 4 dientes rotos. Mientras que los galenos solo se excusaban en decir que su tráquea era muy estrecha.

Lamentablemente, Lucas falleció tras ser sometido a varios análisis de laboratorio y varias visitas a especialistas que no supieron detectar a tiempo el mal que lo agobiaba.

Ahora sus padres solo buscan justicia y las pruebas necesarias para iniciar los trámites legales en contra de los responsables. Acciones que si bien no le devolverán con vida a su hijo, servirán como precedente para que esta pesadilla no se repita.