La actriz Nadia Cuya, protagonista de la obra “Damas en Apuros”, subraya la complejidad del trabajo actoral, que va más allá de simplemente memorizar y recitar líneas. Según Cuya, el verdadero desafío está en el trabajo psicológico y emocional necesario para interiorizar y representar al personaje de manera convincente.
«Interpretar un papel requiere una profunda empatía con el personaje y una preparación que abarca tanto el aspecto emocional como el físico», explicó.
Cuya aclara que, mientras en los ensayos hay espacio para la improvisación y ajustes, en la función final el objetivo es mantener la coherencia y el ritmo del trabajo hecho previamente. La reacción del público es crucial, ya que puede influir en cómo se percibe y se vive la obra.
«El feedback del público es esencial; puede confirmar el éxito de nuestra preparación o señalar áreas de mejora», comentó.
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