El regidor Andrés Ferreira Macedo siempre ha estado en el estrado de los poderosos. Siempre al costado. Aquí lo vemos junto a Robinson Rivadeneyra. Pero en estos tiempos como que el poder le ha enloquecido. Sólo así se entiende que haya aceptado unirse a un grupo que representa, para él, todo lo malo. Un pastillita de dignidad mezclada con ubicaína haría muy bien al regidor.