Durante su visita a Benín, el escritor y director de Tierra Nueva, Jaime A. Vásquez Valcárcel, quedó sorprendido al descubrir en los mercados del país ubicado en África Occidental, un notable parecido con los de su natal Iquitos. Al recorrer los concurridos recintos de Cotonou, capital administrativa de Benín, describió a través de programa de Chema Salcedo en PBO la atmósfera como un bullicio lleno de vida, con un desorden que, a pesar de su caótico flujo, mantenía una limpieza impecable. Este contraste le recordó a los mercados de Belén en Iquitos, donde la dinámica es intensa, pero con un enfoque diferente respecto a la organización y la limpieza.
Los mercados de Benín, aunque llenos de color y de productos diversos, se caracterizan por su pulcritud, algo que impresionó a Vásquez, quien admitió haber llegado con ciertos prejuicios sobre África. «Uno tiene en su mirada occidental la idea de un continente desordenado y sucio, pero aquí los mercados son increíblemente limpios», señaló. Esta experiencia lo llevó a reflexionar sobre cómo en Cotonú, la cultura del respeto por los espacios públicos y la comunidad es evidente, especialmente al observar cómo los residentes mantienen las calles libres de basura, algo que se extraña en su ciudad natal.
«Me sentí como en casa, caminando entre puestos llenos de frutas exóticas, especias y artículos cotidianos, como en el mercado de Belén», comentó. La experiencia le dejó una lección clara: la similitud entre Benín e Iquitos no solo reside en la geografía y el clima tropical, sino también en la energía vital de sus mercados, donde la vida cotidiana se despliega con una mezcla única de caos y armonía.
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