Martes atroz
En aberrante espectáculo urbano, en macondiano bochorno de sombras nada más, Iquitos sufrió otra vez un apagón letal. Era el martes del mes en curso, hacia las 5 de la tarde, cuando toda la animada, jaranera y luminosa urbe, desde la colapsada calle Venecia, pasando por los desagües de los arrabales, avanzando hacia los desmanes de los chinos y arribando hasta el último basural expuesto, quedó en tinieblas. Era como regresar al tiempo anterior al invento del lamparín, a las cavernas de antes donde nadie podía ver ni sus narices. Una ciudad al borde de su propio colapso, surgió entonces entre las densas tinieblas.
En donde sea, hasta en la quinta dimensión, una urbe agoniza cuando no puede tener calidad en sus servicios básicos, en lo más elemental de su funcionamiento. Y eso es lo peor que les puede pasar a los iquiteños (as). La luz eléctrica no tiene solución a la vista. Es un desastre sin nombre desde antes, desde que comenzó a funcionar gracias a una empresa de Lima. El apagón apareció como algo natural, como una parte del servicio. Nadie ha podido hasta ahora acabar con esa herencia, terminar con esa tara. Más rentable para los ciudadanos sería desconectarse del medidor y adquirir su propio grupo electrógeno, comprar sus velas misioneras o acostumbrarse a vivir en las tinieblas, pero sin pagar mensualmente por un pésimo servicio.
La empresa de los apagones considera que todo se arregla con comunicados y súplicas de disculpas. Así hace siempre, renunciando de entrada a modernizarse, a cumplir con su propio destino. Ello nos parece un error, una salida incompetente. El tema de los apagones tiene necesariamente que pasar por el poderoso caballero que es don dinero. ¿Cuánto de plata han perdido los ciudadanos (as) ese martes oscuro? ¿No sería mejor que la empresa pague por los daños monetarios que ocasiona cada vez que crea el apagón?
Todo es argolla en este nefasto electroriente, los puestos van de la mano del nepotismo y de los favores como toda la administracion pública. No hay mérito ni pago honesto y ninguna autoridad hace nada. Así de pasivo nos quieren tener los poderosos que gobiernan Iquitos tras las sombras del poder local. No es mas que una extensión de sus ruindades. La madre del cordero está ahí. Se gobierna por interés propio y el bien común «bien gracias». Son los mismos de siempre que quieren seguir répitiendo el plato en las elecciones manipuladas.
Este es un problema de personas y no de maquinaria.A traves de los anios(Iquitos ya tiene unos cuantos encima) los malos y corruptos administradores nos han proporcionado con paliativos,con pequenieces que no solucionan este cancer del servicio electrico que padecemos.Esta via crucis dolorosa y avergonzante no tiene visos de solucion inmediata.Estamos sujetos a la voluntad divina y a seguir implorando y pagando por un pesimo servicio causa de perdidas economicas y sociales (hospitales,clinicas,industria y otros) a la poblacion que,con toda la conchudez del mundo,la empresa electrica exige el pago completo del servicio que no proporciona.Es la empresa electrica la responsable y compensar debidamente a todos los agraviados y no a la inversa.Tienes razon,pasaran otros 150 anios que viviremos con este problema y en la oscuridad.
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