Mamá Angélica es un símbolo eterno de maternidad y constancia. Vivió y murió en Ayacucho. Vivió todo el drama del hijo desaparecido y dedicó su existencia a una causa: la búsqueda de la verdad. Fue de oficina en oficina, militar y civil. Siempre recibió como respuesta una negativa. Ayacucho la recuerda pero su memoria debería ser reconocida en todo el Perú.