Bien se sabe que toda acción tiene una consecuencia, por eso ser parte de la cultura underground es formar parte de aquel cambio que se espera tener en un futuro, dentro de la sociedad. Desde movimientos como el romanticismo, la contracultura de los años de 1960, que suele asociarse con la subcultura hippie, entre otras; inclusive hasta bandas como la recordada Pink Floyd y Hawkwind, formaron parte de lo underground, de aquello que no es común, que no es mainstream, o sea, que no es conocido por la sociedad; y que con posterioridad han influenciado rotundamente para generar cambios y vivir en una sociedad latente y viviente como en la que vivimos ahora.  Quizás por eso muchos la denominan como aquel movimiento contracultural que se utiliza para describir a aquellas culturas alternativas que son diferentes a la corriente dominante que impera en una sociedad o en una cultura específica, o que es considerada diferente por otros pero que generan cambios para bien o para mal en un grupo humano.

El sentir de esta cultura ya está empezando a ser latente en la ciudad Iquiteña pero, no muchos, la quieren acoger por el temor a que dirán. O mejor dicho no quieren formar parte de ella. Es irónico el saber que muchos países empezaron con esta cultura y que hoy día son potencias en determinados ámbitos como la literaria, la arquitectónica, la musical, las artes plásticas, la teatral, y otras más que evidencias lo contracultural; para que un Iquiteño o loretano no quiera formar parte de ello o no quiere identificarse dentro de esta cultura.

Hago, en realidad, mención de todo ello, porque en estos últimos meses hay clara evidencia de esta cultura en el ámbito artístico, más que todo en el ámbito musical y teatral. Y su importancia radica en que – tomo las  palabras de Daniel Meléndez, de su blog, que leí hace poco- en el ámbito musical, este tipo de música suele expresar ideales comunes, como el alto valor que se le da a la sinceridad e intimidad, a la libertad de expresión creativa en contraposición a la expresión de fórmulas de composición habituales en la música comercial, y la apreciación de la individualidad artística en oposición a conformarse de las tendencias mainstream contemporáneas.

Del mismo modo, de lo dicho anteriormente, se escenifica en el ámbito cultural teatral. No hace poco comenzaron a aparecer grupos de jóvenes que proponen otro tipo de entretenimiento a lo que usualmente están acostumbrado los loretanos, pero que en sí, dan un mensaje positivo – es necesario dar a conocer que esto varía de acuerdo a la persona, al enfoque que va dirigido el mensaje que reciben, porque para mí puede ser que el mensaje que transmiten los jóvenes actores este enfocado hacia la persona misma, pero para otro puede ser que este enfocado a la sociedad-

Así como la presencia de esta cultura underground, que ya está empezando a ser latente en la ciudad, es necesario considerar la relevancia de la influencia que causará en la sociedad Iquiteña y en la sociedad loretana la cultura underground. Quizás con ello, nos forjemos como personas que estén dispuestos a cambios; a aquellos cambios que harán una sociedad, para empezar, Limpia, ordenada, trabajadora, culta y – en vista de que las elecciones están cerca –  hacer un Loreto Esta Primero, en elegir correctamente a sus representantes. No uno más del montón, sino a aquel que con la vasta experiencia haga de la región Loreto una región fructífera y consolidada como tal a nivel nacional e internacional.