Según documentos oficiales del Poder Ejecutivo el 2016 sólo seis regiones recibieron más de 100 millones de soles para mejoramiento de la infraestructura educativa. Una de ellas es Loreto. A través de las municipalidades distritales y provinciales y del gobierno regional el Ministerio de Educación y el de Economía y Finanzas, a través del Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED) hizo esas transferencias.
La región Ucayali recibió 55 millones y San Martín 67. Amazonas y Madre de Dios recibieron 40 millones la primera y seis millones la segunda. Es decir, de todas las regiones amazónicas Loreto ha sido la más beneficiada. No olvidemos que la mitad del año pasado la administración estuvo a cargo del gobierno de Ollanta Humala y la otra mitad de PPK. Si somos equitativos tendríamos que afirmar que tanto el exmilitar como el economista no han dado la espalda a Loreto. Tampoco debemos olvidar que el primero fue –salvo que PPK lo supere- el Presidente de la República que más veces visitó Loreto en los cinco años de gestión y el que más veces lo hizo a la Amazonía. El segundo fue uno de los pocos que en su discurso inaugural se refirió explícitamente a Iquitos, como “el lugar donde pasé mi niñez”.
Quiere decir que faltan a la verdad aquellos que señalan que en Loreto no hay inversión pública o que el Poder Ejecutivo no ha mirado la Amazonía. Solo en infraestructura educativa varias jurisdicciones distritales y provinciales han superado lo que antes recibían por canon petrolero. ¿Dónde se origina el pataleo mezclado con falacia, entonces? Fácil. Los gobernantes locales quieren que los pobladores nos metamos a la cabeza que están sin recursos y que, por lo tanto, no pueden impulsar obras y menos contratar personal bajo las distintas modalidades. Eso se podría hacer con el canon petrolero. Pero sin ese recurso también.
No falta inversión ni dinero en las entidades públicas. Lo que se debe exigir es que las autoridades la gestionen, primero y, después, que terminen bien las obras para las que reciben transferencias. Tampoco sobra, es cierto. Pero si leen lo que documentadamente se publica en la edición de este diario hoy se podrán dar cuenta que –así como sucede en el PEDICP que está adscrita al Ministerio de Agricultura- en diversas entidades no se usa los recursos adecuadamente.
En recursos transferidos por PRONIED la región Loreto solo es comparada a lo que recibieron Piura, Lima, Ayacucho, Cajamarca y Junín. Es decir, tan mal no estuvimos. En lo que sí estamos mal es en la designación de funcionarios que no piensan en el desarrollo regional sino en contentar a quienes los pusieron en los puestos y por esos contratan a personas sin ningún sustento ni justificación. Ése es el peor de nuestros problemas y no la falta de recursos.