Leyendo a Coetzee [II]

Cada vez que leo a J. M. Coetzee me zangolotea el ánimo, sus novelas están muy bien diseñadas y engancha al lector quien no debe dormirse entre página y página; obliga a aguzar los sentidos. Esta vez estoy entregado en las noches a su libro de ensayos “Costas extrañas”, me remueve de mi sitio. Me descentra. No es escritor complaciente que se ha dormido en los laureles del Nobel o que olvida que la misión del escritor es arañar la realidad y descubrir esos intersticios que incomodan la forma de pensar de la mayoría gris. En ese sentido, enlaza con la hermenéutica propuesta por Santos. Señalaba que la actitud de la sociedad civil en el Sur económico fue de aceptar sin plantar disgustos a ese torrente de medidas económicas, fue seguramente por el contexto que le precedía y por la tenue fuerza de la sociedad civil. Por ejemplo, rápidamente se disolvieron y perdieron legitimidad los sindicatos a pesar del rodillo liberal y sus medidas impopulares. Además, hubo pocas protestas desde la ciudadanía ante los modos en que se hicieron estas reformas, centrados en la austeridad olvidándose que esas medidas que recaían sobre los hombros de personas humanas – recuerdo que los profesores de Law and Economics se frotaban las manos en sus despachos y en los Comités de Privatizaciones donde se cocían desregulaciones y otras estupideces; obviaban la empatía por el sufrimiento ajeno. En este contexto de shock los derechos sociales fueron literalmente aplastados, los dejaron hecho unas piltrafas. Este panorama de resignación y desazón no se encontró en un escenario como el de Europa y por eso la aplicación de estas medidas encuentran, todavía, oposición en la ciudadanía, no digo de los partidos [el PSOE en España fue cómplice de estas reformas económicas y sociales], sino de las personas de a pie que a diario deben confrontarse con la dura realidad como es el caso de la asociación contra los desahucios abusivos de día a día lucha contra el abuso de los bancos- recordar que recientemente el Tribunal de la UE ha obligado a España a cambiar las reglas de juego de los juicios por desahucios por éstas desmedidas. Las naciones de sur económico hemos diseñado sociedades más desiguales e injustas, y en el norte económico, Europa [con todas sus diferencias y diferentes velocidades] caminamos hacia ellas.

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