Lagartijas y repartijas

Cuando en los próximos años, alguien hurgue en la reciente historia política del Perú, encontrará que éste fue el momento en que en nuestro país se popularizó la palabra repartija. El término se usa coloquialmente para significar una distribución rastrera que pone el interés privativo de quienes tienen en sus manos los recursos, bienes o cargos a distribuir, por encima del interés de todos a quienes representan. El beneficio colectivo es producto del consenso, es decir, de la conformidad de las partes intervinientes sin perder nunca la perspectiva del interés superior. La repartija es el resultado de roñoserías individualistas, de pachotadas que terminan en ridículos y en escándalos como el ocurrido en días pasados.

La repartija que ha hecho el Congreso de la República con los cargos de tres miembros del Tribunal Constitucional, de la Defensoría del Pueblo y de los tres directores del Banco Central de Reserva, ha marcado un punto de inflexión en la concepción que tienen los peruanos de la política. Hoy, la aprobación del Congreso, según una reciente encuesta de IPSOS Apoyo ha llegado al 10%, una fehaciente advertencia del pueblo peruano a este poder del Estado para que trate de encaminarse hacia los fueros de su dignidad y de su función. Le está recalentando al pueblo constatar que las facultades de legislar, fiscalizar y representar han sido reemplazadas por lo que parece ser una nueva facultad que es la de distribuir cupos sin ningún escrúpulo o de repartir cuotas de poder una forma grosera y por demás insultante al buen entendimiento

Pero la mala práctica de la repartija no es exclusividad del Congreso, ni tiene que ver sólo con la intervención congresal para completar los consejos directivos o directorios de instituciones de carácter supranacional. Repartija hay en todas partes y en todos los rubros. El Poder Ejecutivo, por ejemplo, parte y reparte ministerios, y ellos y sus allegados, ayayeros y amigos se quedan con la mejor parte. Ahí está el inefable ministro de Defensa, ex delfín de Popy Olivera, repartiendo contratos en su ministerio con la luz verde de la Primera Dama. Ahí tienen a la ministra de la Mujer, partiendo y repartiendo alegremente bienes incautados entre sus causas de bancada para que éstos se muestren como personas de gran corazón con los pobres y no los olviden en sus regiones.

Hablando de regiones, en éstas, el canon petrolero también se parte y se reparte. Un reciente informe de “Prospectiva Económica” que dirige el economista Róger Grandez, muestra que a junio de este año, el gobierno regional de Loreto ha ejecutado gastos con cargo a este recurso financiero por un monto cercano a los 97 millones de soles de un total de 297 millones programados para 2013, divididos en 126 millones para gastos corrientes y 171 millones para gastos de capital. La ejecución presupuestal en los primeros seis meses de 2013 indica que ya se han ejecutado más del 48% (61 millones) de los gastos corrientes programados, mientras que de los gastos de inversión programados, apenas se han ejecutado el 21% (36 millones).

Las cifras vienen a corroborar lo que hace tiempo venimos denunciando: el canon petrolero se está licuando en gastos corrientes, lo que hace que una de las tareas pendientes y esenciales  en nuestra región sea la calidad del gasto. No es que los gastos corrientes sean malos, pero en cualquier espacio territorial con peligrosos déficits de infraestructura económica-productiva, con atrasos tecnológico-competitivos de décadas respecto a otras regiones, con magros resultados en educación y salud que le colocan a la zaga en el concierto nacional, con brechas enormes entre lo rural y urbano, sin dinámicas de mercado intrarregional, el gasto prioritario debe ser necesaria e imprescindiblemente el gasto en inversiones.

Los gastos corrientes en los gobiernos subnacionales (regiones y municipalidades) representan por lo general contrataciones de personal, viáticos, pasajes, movilidad, transporte, combustibles, servicios, protocolos, subsidios, donaciones, merchandising, publicidad, entre otros que pueden tener alguna importancia en los objetivos institucionales, pero que no se relacionan  directamente con la naturaleza del problema regional y local que es la incorporación del ciudadano en el aparato productivo, la creación de empleos permanentes, dignos, productivos y generadores de ingresos. Siempre se ha dicho con toda la razón del mundo que la mejor inclusión social es el darle a la gente trabajo y oportunidades para mejorar sus ingresos. Por eso mismo, los gastos corrientes no son variables de gasto que puedan incidir determinantemente en el desarrollo territorial y, con las excepciones que hubieren, solamente son fórmulas para que el gobernante local o regional, financie su campaña de reelección con años de anticipación.

Lo que acabamos de mencionar es una auténtica repartija presupuestal, aunque hay otras formas de repartija que muchas veces pasamos por alto, por desinformación, por conveniencia o porque no queremos que nos miren mal. ¡Qué rápido hemos olvidado la repartija del reintegro tributario sólo porque éstas se han prorrogado por tres años más!. ¿Por qué este tema está actualmente fuera de la agenda regional?. ¡Qué manera olímpica tenemos de pasar por agua tibia las repartijas de cupos en las listas municipales y regionales, especialmente de regidores y consejeros, donde se mueve mucho dinero en función al interés personal, lo cual deriva en transfuguismos vergonzosos y en presupuestos hipotecados para los próximos periodos de gestión! ¿Cuándo vamos a levantar nuestro puño contras este tipo de repartijas?..

Es en todas estas repartijas donde encontramos la explicación de nuestra postergación regional. Hemos elegido mal, acéptenlo. Y corremos el riesgo de seguir eligiendo mal, de pasar de lagartijas a lagartos, y viceversa, lo cual sería una tragedia para este pueblo que se ha levantado varias veces contra el centralismo, pero que ahora depende de ese centralismo que le provee de recursos ordinarios para ejecutar el 80% de sus obras. Hemos optado mal, admítanlo. Porque no se trata de cambiar mocos por babas, ni de cambiar lagartos por lagartijas, sino de limpiarnos de esos mocos y de esas babas, de acabar con esos lagartos y lagartijas, para encontrar nuestro camino y mirar hacia el futuro con fe y con nuestra bandera siempre en alto.

 

2 COMENTARIOS

  1. Hacía mucho tiempo que no leía un comentario tan acertado y concluyente como éste. Felicito a su muy sagaz e inteligente autor, por saber marcar las deficiencias con altura y sabiduría.

  2. SENOR MOISES PANDURO YO VIAJE A LIMA A PARTICIPAR EN LA MARCHA DE PROTESTA POR LA REPARTIJA PERO EN LA REALIDAD ESO SE HUBIERA EMPEZADO DESDE EL GBNO DE ALAN GARCIA PEREZ XQ HICIERON DE LA MISMA MANERA….. POR UN PERU DIGNO Y TRANSPARECIA EL NUEVO «PARTIDO DEMOCRATA DEL PERU» HARA LA DIFERENCIA YA LA JUVENTUD ESTA CANSADA DE ESTO ABUSOS QUE SOLO ENTRAN A VER SUS CONVENIENCIAS Y LLENARSE LOS BOLSILLOS CON EL DINERO DEL PUEBLO PERUANO ASI COMO SU LIDER LO DIJO ANTERIORMENTE LA PLATA LLEGA SOLA…. BASTA DE CORRUPCION

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