La Expo – Loreto es más que un evento de logros y virtudes. Es un alto en nuestra historia regional. Porque es una vitrina orientada a los ojos de los demás, del mundo. Es una muestra de lo que se puede producir en este lugar de la tierra, de lo que se puede transformar pese a las limitaciones históricas que pesan sobre la fronda peruana como una condena. Lo importante de esa exposición, además, es una lección que no se debe pasar por alto. Y es que en los lugares periféricos, en las ciudades lejanas, en los pueblos remotos, hasta en las aldeas ignoradas, existe una decidida voluntad de salir adelante, de innovar, confirmando aquello de esos lugares son también muy importantes en una moderna visión de desarrollo.