El liberalismo o el capitalismo europeo han mostrado sus verdaderas fauces. Un paréntesis, este capitalismo es aquel que aplicaba y aplica a machamartillo las recetas de la austeridad y de la limitación de los derechos sociales. La gente importa poco. Un caso grave han sido los desahucios provenientes de la crisis económica – existe una relación de causalidad entre la crisis y la mengua de los ingresos de los deudores; y Europa, y España en particular, se taparon los ojos o miraron hacia otro lado. Fue y es una sangría lacerante. Una muestra de esa voracidad y tozudez del capitalismo es lo que está pasando de Grecia. Luego que el gobierno griego haya apelado a un referéndum sobre uno de los puntos del acuerdo con sus acreedores los representantes del dinero en Europa (y otros lugares del mundo porqué ha estado el FMI en la mesa de negociaciones) estos han reaccionado dándole una bofetada en plena clara. Recordemos que son los tiempos del pensamiento único. Me recuerda que ese rodillo de aplicar sus dogmas no está nada lejos del aciago estalinismo. Esta vez los banqueros europeos que habían trabajado antes en entidades financieras y que ahora trabajan para sus gobiernos, han forzado a un acuerdo que primera de vistas es más duro que los anteriores. Para ello los medios de prensa han ido intoxicando con noticias en plena negociaciones (los medios de comunicación al servicio del poder siniestro). Una de esas fábulas era y es que los griegos son ociosos, perromuerteros, que no les gusta trabajar, que viven de un pasado que no es el de ahora entre otros adjetivos (una encuesta revelaba que los griegos trabajan el doble o más que los alemanes). Así se prepara a la población para cuando se tenga a ejecutar el degüello. Esos mismos prejuicios me hacían recordar lo que se decían o dicen de los indígenas en Perú. En plena época del caucho, por ejemplo, cuando los indígenas rendían cuenta de la extracción de caucho de su estrada que lo hacían desde muy temprano hasta la noche. Al intermediario de los cauchero les parecía poco y les endilgaban frases de ociosos, perezosos, poco leales entre otros calificativos. Europa sigue mostrando su peor cara sobre todo Alemania, Finlandia, Holanda entre otros. Y España, con un gobierno conservador al frente y una parte de la ciudadanía, su actuación ha sido lamentable en la crisis griega.