La sombra del cauchero

Las ruinas de toda vanidad del ejercicio del poder, de toda amasada fortuna, de todo esplendor efímero, de todo prestigio dudoso o no, podría ser la clave mayor del libro “Arana, rey del caucho”, de Ovidio Lagos. La presentación de la obra, realizada ayer lunes 6 de junio por  Manuel Cornejo en el auditorio del Colegio Nacional de Iquitos, inició la Semana del Libro. De esa manera, ante nutrida concurrencia, en un animado ambiente, con la presencia de estudiantes, se abrió una importancia programación cultural como no se veía hace tiempo.  Editora Tierra nueva ha vuelto entonces a las suyas, iniciando la jornada libresca con la biografía más acabada que se hizo hasta ahora del personaje riojano.

La sombra del cauchero mayor ha regresado a estas tierras. Pero esta vez las cosas han cambiado pues  ya no tiene ni cónsules, ni embajadores ni seguidores que traten de mejorar su imagen ante el mundo. El libro del periodista argentino es una brillante investigación sobre el ascenso y la caída de ese empresario que no vaciló en implantar el terror para amasar su fortuna. La obra, entre otros aciertos, demuele la pretendida inocencia de ese hombre que sí sabía lo que se hacía en sus fundos. Pues el mismo diseño el atroz método para hacer más dinero.

En modesto lugar del cementerio Presbítero Maestro, de Lima, descansa  ahora el cauchero amazónico. Descansa es un simple decir, pues su memoria está cada vez más deteriorada.  La espantosa soledad que  muestra esa tumba sorprende. No están los oropeles de la fama y del poder como adornos de última hora. Ese abandono es posiblemente la paga más acertada para un hombre que no tuvo escrúpulos para alcanzar el poder económico.  El error de don Julio C. Arana fue no haber leído en su momento y ocasión el libro El Eclesiastés, donde cualquier ser humano puede aprender que todo es vanidad y que son cortos los días del hombre y de la mujer sobre la tierra.

1 COMENTARIO

  1. solo por la introduccion el libro debe tener contenido de como la avaricia, egoismo alcanzan sus frutos nen este mundo debe demostras aquello que por sus fruots los conocerieis… bien alli!!

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