La polarización convenida

[Por: Moisés Panduro Coral].

Alguna vez leí que las mafias en todos los tiempos y bajo diferentes formas buscan polarizar las opiniones y posiciones, pues una situación de ese tipo conviene a sus propósitos, anula o elimina respuestas democráticas y distrae a la gente de los problemas de fondo, pero fundamentalmente profundiza una división del espectro popular en bandos irreconciliables que mediante estrategias beligerantes desencadenan actitudes violentistas, hacen estragos en los valores ciudadanos del respeto y la tolerancia, y configuran así la levadura propicia que dichas mafias requieren para fermentar su accionar, asaltar el poder a través de fachadas y controlar territorios.

Reflexionando sobre este tema me pregunto si acaso algo de esto no está sucediendo en Loreto en el contexto de un escenario electoral virulento. Si me preguntarían cómo podría afirmar que aquí hay mafias yo respondería con una sencilla definición que se puede encontrar en los diccionarios. Uno de ellos dice que una mafia es una sociedad u organización cuyos miembros emplean métodos ilegales para prosperar y defender sus negocios, ejerciendo el poder por la fuerza, la violencia y el chantaje, siendo sus intereses principalmente de carácter económico.

No es, en mi modesto concepto, una simple casualidad que por lo menos, dos de los grupos políticos que han polarizado estas elecciones regionales y municipales, tengan una supremacía absoluta y abrumadora en los medios de comunicación, tanto así que han llegado a dividir el periodismo –con honrosas y escasas anomalías positivas- entre quienes están a favor o en contra de uno o de otro de sus candidatos, siendo lo más grave de todo esto el hecho real y cotidiano que cada uno de ellos nos pretendan encerrar a los demás ciudadanos en sus convenidos puntos de vista.

La disyuntiva que nos plantea esta polarización convenida y que merece mi rechazo es más o menos la siguiente: Hay dos candidatos V y N, si tienes una opinión contraria a V, entonces eres de N; y si tienes una censura o crítica a N entonces eres de V. Los que apoyan a N dicen que V es corrupto y violentista y que N es casi una virgen; por su parte, los que respaldan a V dicen que N es corrupto y violentista y que V es lo más cercano a una beata de convento. La purita verdad es que en temas de corrupción y violentismo ambos son las dos caras de Jano; ambos tienen planillas de contratados a los que llaman militancia, ambos tienen antecedentes oscuros en el manejo de recursos públicos, ambos tienen imputados en sus filas (unos en mayor grado que otros), ambos tienen detrás poderosos constructores y proveedores de bienes y servicios, ambos son especialistas en el dispendio de los recursos del pueblo.

Lo advierto ahora: es urgente salirnos de esta polarización convenida, liberarnos mediante el voto popular de V y N y de las mafias que los secundan. Hace más de dos años que propuse un frente político común en Loreto, bajo una sola bandera, con un acuerdo de largo plazo, convocando a lo mejor que tenemos, con compromisos de resultados concretos en cada nivel de gobierno, sin exclusiones, ni discriminaciones, para sentar las bases de un desarrollo sostenido y sostenible con justicia social. No es tarde todavía, dependerá mucho de cómo evolucionen los hechos en estos cortos dos meses que quedan de aquí al 5 de octubre.