La memoria permanente

En su hora definitiva, en su último viaje, el periodista Benjamín Saldaña Roca debió sentir todo el drama del fracaso. Entonces bien pudo creer en carne viva que había vivido en vano. Porque las documentadas denuncias sobre las atrocidades en las caucherías no habían servido para nada. Exactamente,  hace un siglo,  en la remota Cerro de Pasco murió el periodista Benjamín Saldaña Roca. Era entonces 1912 cuando ese periodista tremendo,  que se atrevió a cuestionar el poder económico de su tiempo,  partió a la eternidad en completo silencio y con la sensación de la derrota total. Murió solo y abandonado lejos de la cuidad del cual había tenido que huir.  Había nacido en Lima en 1861 y en 1907 hizo la hazaña de su vida al denunciar los crímenes del Putumayo.

Hoy, con un recital poético, se acaba la Semana del Libro: Epoca del caucho: un siglo después, evento organizado por Tierra nueva. De una y otra manera, la presentación de tantos libros, las otras actividades, la participación de colegios y de estudiantes de ambos sexos, homenajearon a ese hombre singular que no soportó  la infamia. El carnicero imperio de Julio César Arana también fue derrumbado por el coraje de un simple periodista y sus modestos medios que se atrevieron a no suscribir el silencio cómplice o el fácil acomodo. Sin la batalla de Saldaña Roca las terribles verdades hubieran demorado más en salir a flote. Y hubieran existido más víctimas.

El ejercicio de la memoria permanente, la batalla contra el feroz olvido, la derrota de los propios miedos y las dudas, nos ha ensañado con el ejemplo el periodista Benjamín Saldaña Roca. Su jornada, por fortuna, no cayó en vacío. En la Semana del Libro,  tres obras:  de Ovidio Lagos, de Miguel Donayre, de Percy Vílchez,   que hablan sobre el caucho  lejos de cónsules oportunistas, de fotógrafos manipuladores o de plumíferos rentados que defendían a los caucheros, fueron presentadas con nutrida concurrencia de un público ávido, lleno de preguntas sobre ese tiempo.