Cuando visitamos Cusco hace un año atrás la guía que nos llevaba por las ruinas de Sacsayhuamán, estaba muy orgullosa de su herencia quechua y denostaba, con cierto resentimiento, el desencuentro con los españoles hace quinientos años atrás. La escuchaba con atención y su discurso encajaba dentro de lo que se llama los usos de la memoria Y esta responsabilidad del uso de la memoria (con gramos de resentimiento) viene del gremio de los científicos sociales que se complementa por nuestra falta de autoestima. Usamos la memoria hasta pervertirla, manipularla, para justificar nuestras carencias afectivas. Nadie puede negar el sangriento desencuentro con los españoles y sus consecuencias, pero no podemos quedarnos allí, lamentándonos, como congelados y paralizados ante un traumático hecho. Eso es una tortura de la memoria colectiva que no nos ayuda para liberarnos. Ante un evento tan injusto es mejor preguntarnos ¿qué hemos hecho para superar esa situación? ¿Perú sigue siendo un país racista, discriminador con los integrantes de pueblos indígenas?, ¿cómo son nuestras relaciones cotidianas con los integrantes de estos pueblos originarios? Una situación parecida pasa con el caucho. Sí bien es cierto que lo ocurrido en el Putumayo se ha tratado de soslayar por las élites locales y que, de alguna manera u otra, se ha levantado ese tupido velo de silencio a través de publicaciones y otras acciones en estos últimos años. Sin embargo, no debe quedarse allí si no estamos como en el caso de la memoria de la guía cusqueña. Por ejemplo, ¿se ha logrado equilibrar esa asimetría con los ancestros amazónicos?, ¿se cumplen con los procesos de consulta antes de iniciar la explotación de los recursos dentro de sus territorios?, ¿Ponemos atención a la contaminación de los ríos amazónicos dentro de sus territorios como el caso de Cuninico y otros pueblos indígenas? Si no hemos hecho nada como ciudadanía, es puro cuento recordar lo que hicieron los caucheros contra los integrantes de estas poblaciones. La memoria es para recordar y superar el pasado si no se vuelve perniciosa.http://notasdenavegacion.wordpress.com