Estos días han sido frenéticos de noticias, quien pestañeaba moría en el acto. Los tuits, noticias breves daban la impresión de lo efímero del tiempo. Los segundos eran ya pasado. Lo dicho hace unos minutos se desdecía con otra declaración ya sea en Bruselas, Berlín o Atenas. Las editoriales eran ya anacrónicas y desenfocadas. Me refiero al proceso de negociación del Estado griego con los representantes de la banca internacional. Era muy significativo observar que entre los miembros de las instituciones europeas estaban nombres y personas relacionadas o vinculados años atrás a empresas o corporaciones económicas como JP Morgan entre otras. Eran la élite económica y los engolados mayordomos de estos. Una de esas empresas había maquillado los informes económicos de Grecia para que obtuvieran más crédito a la aliquebrada economía helena. Era una escenificación dantesca del burdo poder y de los monaguillos que pueblan las umbrías de estos ecosistemas. Ante este escenario los medios de comunicación en España perdieron la ponderación, casi todos contra Grecia de la manera más soez. Salieron a meter miedo a la población a pesar que prestigiados columnistas en el mismo diario, como premios Nobel de Economía, sostenían la tesis contraria. Estos adoptaron el discurso y los gestos del gran poder (los partidos PP y el PSOE tuvieron una triste y lamentable postura). No se solidarizaron con Grecia por una cuestión política, de tactismo – dijeron a por ellos (la crisis económica en la Unión Europea es más grande de lo que suponemos). En lugar de tener una cabeza fría ante los eventos vertiginosos que se sucedían ellos se mostraron con desdén y con poca empatía con un país que ha sufrido las imposiciones de políticas de austeridad y quiere proponer una política alternativa. “Grecia debe pagar o se va de la Unión Europea” era el mensaje de los jefes. La memoria económica de los países es muy corta Alemania, España no quieren recordar los tiempos difíciles, la memoria en este sentido es selectiva. Lo grave es que el presidente de Gobierno de España se jacta de cumplir con sus compromisos de pagos y recortes mientras que en su país crece la pobreza. Ojalá Grecia diga Oxi (No) a esas políticas contra las personas.
