ESCRIBE: Pedro Máteos

¡Pandemia! La gran pandemia de los últimos tiempos. Venimos pensando todos los días de cuántos contagiados van, y lo más triste, de cuántos fallecen. Una paradoja. Cierto es, desde que se dio el primer caso de COVID-19(CORONAVIRUS) en Wuhan, China; se propagó en gran parte del globo terráqueo, quizás por el desconocimiento de la gravedad del virus a sus inicios, hoy sabemos lo mortal que puede ser. 

En las siguientes líneas hablaremos de dicha enfermedad, veremos el origen, formas y causas de propagación y lo más importante cómo prevenirlo; desde un punto de vista crítico. Es decir, iremos más allá de que los medios nos puedan informar e inclusive hasta llegar a esferas que nos hagan más humanos.

Según el MINSA, los coronavirus(cov) son una amplia familia de virus. Actualmente se investiga a un coronavirus surgido en la ciudad de Wuhan, China; al que se le denomina “COVID-19”, el cual pueden causar diversas afecciones desde el resfrío común, hasta infecciones respiratorias graves. Los signos más frecuentes son tos, dolor de garganta y fiebre. Pero, su característica principal es la dificultad respiratoria y fiebre alta.

La OMS, nos dice que los medios de transmisión más comunes son de persona a persona a través de gotitas que expulsan una persona enferma al hablar, toser o estornudar al ser inhaladas por otro agente; como también el contagio se puede dar en cualquier tipo de superficie y ser tocadas por las manos el cual ingresa a nuestro organismo cuando nos tocamos los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.

Por su parte el reconocido Doctor Elmer Huerta en sus redes nos recomienda:

Lavar las manos frecuentemente con agua y jabón como mínimo 20 segundos.
Cubrirse la nariz, boca, con el antebrazo o pañuelo desechable al estornudar o toser.
Evitar tocar los ojos, nariz y boca con las manos sin lavar.
Relacionarse directamente con personas con problemas respiratorias.

Muchas informaciones divagan por todas las plataformas virtuales. Tenemos que validar de cierta información veredicto de fuentes confiables. De tal manera que no sucumbe el pánico al dejarse influenciar por falsa información. Por eso muchos mitos que conllevan a ciertas preguntas…

¿El virus está en el aire?

¿El virus es contagiado solo a las familias de poder económico?

¿El virus fue creado para desestabilizar a las grandes potencias del mundo?

Y muchas preguntas quedan al aire, debido a que sus respuestas se evaporan con las mismas preguntas.

¡Falacias!  El virus no está en el aire y no se descarta que lo podría haber, no hay investigación que lo confirme. El virus no fue creado (no hay teoría que diga todo lo contrario hasta el momento) y por último no podemos caer en tal ignorancia… Que el virus es solo para “pitucos”. Su respuesta como dije en líneas anteriores, se evapora para desaparecer en el olvido.

Con toda la información ¿Qué podemos rescatar? Para empezar que la pandemia ya alcanzó un límite total. Países al desborde como EEUU y en América Latina una cruda realidad en nuestro vecino país Ecuador. Las medidas tomadas en todos los países afectados han llegado a extremos con tal de resguardar la vida y la seguridad ciudadana. Esto incluye a nuestro país. Todos los días los noticiarios bombardean información de esta maldita pandemia sobre contagiados y los miles de fallecidos. Una cruda y triste realidad que el mundo está padeciendo. 

Si bien es cierto las recomendaciones que nos dan diversas entidades de la salud para no contagiarnos y no propagar este virus que afecta a los más vulnerables:

Adultos mayores
Bebés y niños
Y a toda persona que padezca de alguna enfermedad en donde el sistema inmunológico esté débil por diabetes, problemas cardiacos, entre otros.

Muchos países optaron por tomar cuidados sanitarios exigentes, como también medidas políticas y en este punto es donde nos toca a nosotros ¿Por qué? Porque todos los países coincidieron en una sola fuerza, un solo puño con la frase: “QUÉDATE EN CASA”. Dicha medida significa en otras palabras aislamiento social, toque de queda, inmovilización social. Medida para resguardar nuestra vida y la de los demás. Es muy triste ver cuadros estadísticos de fallecidos y muchos contagiados el cual presentan dos imágenes gráficas: El dolor de muchas personas por la pérdida de sus seres queridos y por otra parte de los que no acatan estas medidas políticas. Cito la frase del presidente Vizcarra “El virus no se mueve si no es por nosotros mismos”.

Las cifras nos demuestran nuestra triste realidad en el mundo. A qué punto podemos llegar con tantas muertes, no lo sabemos, lo que sí se puede decir es que esta pandemia seguirá creciendo si nosotros no tomamos conciencia de lo mortal que este virus. Muertes que están destinadas al olvido asistencial… No habrá velorios, ni despedidas; solo llanto ante la impotencia de no ver por última vez a tu ser querido, porque el virus permanece el cuerpo hasta no se cremado o por inhumación y porque el protocolo sanitario lo exige así. 

En nuestro país las medidas se pusieron a la vanguardia y a las exigencias que se ameritan. Porque nuestro sistema de salud es ineficiente para poder enfrentar pandemias como la que vivimos ahora. En primer momento se tomó la iniciativa de adelantar la prevención justamente por nuestra realidad sanitaria al posponer las clases en todos la instituciones educativas sean públicas o privadas para después mediante un decreto supremo instar a la población a la inmovilización social el cual hasta hora se va prolongando debido a los casos que cada día crecen; mientras que los especialistas médicos infectólogos dicen que estas medidas seguirán en aumento por el alto grado de contagio y se prevé llegar a un pico alto el cual ya se está trabajando para ello… Si usted cree en Dios roguemos e imploremos y si no cree entonces aférrese a sus creencias; por cualquier medio que sea, sé que Dios escuchará.

Basta referirnos cuantos contagios hay en nuestro país. Las regiones no se dan abastos para descartar cientos y miles de personas a los que tienen que diagnosticar. En nuestra Región Loreto cada vez se escuchan gritos de auxilio por parte de los contagiados, por culpa de la población que en su mayoría no reflexiona y por ende aumentan los casos, tanto que somos una de las regiones con más infectados y muertes. Y esto tiene para rato y en la medida como vamos, creo que nos será más difícil ver la luz en el túnel.

No hay duda que esta pandemia es la peor batalla que estamos peleando, y al parecer no quiere tirar la bandera blanca, más todo lo contrario avanza no por el mismo si no por nosotros, quebrantando todo el esfuerzo que tu país está haciendo por salvar tu vida, nuestras vidas. Tus pasos te llevan a la muerte si te mueves más de lo permitido, está condenado por tu irresponsabilidad; están jugando con la salud de los que sí acatamos los mandatos de urgencia sanitaria. No permitas que tus pasos el cual te llevan a cantar en un concierto de rock, de gritar con mucha fuerza el gol de tu equipo favorito, a visitar a tus abuelitos amados, a reunirte en la casa de Dios, a recoger a tus hijos de su centro de estudios, a encontrarse en una cita amorosa o simplemente que tus pasos te lleven al encuentro de esos abrazos que tanto amas, el de tus padres; mas no que tus pasos te lleven al encuentro con un sueño profundo que no despertarás más por no cumplir con todas las exigencias que tu país está haciendo por ti, por todos.

Mis lágrimas son sellos de agua para este escrito, el dolor me invade desde aquella madrugada, al escuchar lo que no quería escuchar, sin embargo, la noticia ya había corrido por toda la familia. El silencio de la madrugada fue mi cómplice y me cobijé entre las sombras de un árbol frondoso para romper en llanto, miré al cielo y pregunté – ¿por qué Dios mío? – con la cabeza gacha y mi corazón partido en pedazos me levanté y corrí por toda la avenida sin importar la misión encomendada a esa hora. Agitado llegué a casa, toqué incansablemente, mi pobre madre abrió la puerta y sin ninguna explicación me lancé hacia su cuerpo frágil que terminó en un fuerte abrazo abatido entre lágrimas… Sí, mi tío muy querido se fue a un lugar donde no hay enfermedades ni dolor. Dios lo eligió no solo en la tierra para dirigir rebaños de salvación como pastor sino también para iluminar nuestro camino desde el cielo. Su voz pausada fue mi calma y sus sabios consejos fue mi fortaleza. Siempre ayudando a los demás sin nada a cambio. Si de algo estoy seguro es que formaste una gran familia unida de sangre y espíritu. Por tal razón la familia está tranquila porque te encuentras en un lugar de paz y amor porque Dios lo quiso así. Estuviste luchando en primera línea en esta dura batalla para dar fuerzas a los demás.  Confieso que tengo muchos familiares batallando en primera línea para salvar vidas por eso a través de esta redacción imploro a que oremos por todos aquellos que cada día se esfuerzan para combatir esta pandemia arriesgando sus vidas con tal de salvar el de los demás… Reflexionemos, ellos también tienen familia.

Es tiempo que nos demos cuenta que este virus no nos puede vencer, nosotros somos más fuertes y somos capaces de resistir, nuestro organismo está diseñado para eso, la evolución nos hizo pasar por muchas adversidades, está en nuestro gen, ese gen de la persistencia y con las fuerzas para luchar. Esa lucha ahora convirtámosla en obediencia. Es la única forma que podemos vencer a este maldito virus; no es el fin del mundo, no estaremos alejados por mucho tiempo, si ponemos todos de nuestra parte. Por eso, mientras que los científicos buscan una vacuna para erradicar esta pandemia, toma en cuenta que por ahora: “La mejor vacuna para el coronavirus soy yo, eres tú, somos todos… Quédate en casa”.