La hinchada fiel
Desde nuestra llegada a San Juan y luego en Mendoza, el color que más predomina es el rojo. Luego está la celeste y la blanquiroja, ocupando un último lugar el color verde. Sin embargo, para los hinchas no hay fronteras. Cientos de miles de chilenos se han venido en bus, carros particulares y en buses fletados. No han tenido temor al frío que reinó en el terminal de San Juan para retornar muy de madrugada a Mendoza, luego de ganarle a México en el partido inaugural.
Juan José Pérez Cabrera y la familia Delgado, todos ellos chilenos, no han tenido miramientos, al igual que el hincha común, en gastarse algunos dólares y apostar por su selección a la que, como ellos dicen, siempre acompañan.
Los peruanos no son la excepción. Algunos venidos desde Lima y hasta los que habitan en Buenos Aires en la Argentina se han tomado unos días. Han dejado todo por estar cerca de la selección. Un ejemplo es el de Fidel Maita, un obrero en construcción, quien cogió sus ahorros y desde Los Olivos llegó hasta San Juan sin entrada, para conseguirse una y alentar a Perú frente a Uruguay. No sabemos si logró conseguir una platea o una popular para el Perú – México, pero sí estoy seguro que está detrás de una entrada para el Perú – Chile. Germán y Víctor, son dos loretanos a quienes los cruzamos en uno de los entrenamientos de Perú. Al igual que un grupo de tres peruanos que fotografiamos en uno de los accesos al estadio Malvinas Argentinas, han venido a alentar a como dé lugar a los nuestros.
Lo real es que no existen barreras cuando de alentar a la selección se trata sea la blanquiroja, la celeste, la vino tinto, la roja, la amarilla, la albiceleste o la que sea. Lo que siempre hay que hacer es alentar, porque de eso se trata en el fútbol: hinchar por la nuestra.