La educación como careta

Escribe: Werlinger Montes Panduro

Podremos considerarlo una propuesta evasiva de los gobiernos (regionales y central) de plantear eternas soluciones que embolsan a la educación en un mismo bulto, una especie de canasta de mercado. Regateo (o en buen loretano) remate y menudeo de la educación pública nacional. ¿Cuál deberá ser el proceso legal que garantice la excelencia? No sólo la excelencia sino también la eficiencia de resultados  en la educación peruana, en general y loretana, en particular.

Por un lado reclamamos una educación que garantice la inclusión de niños y niñas y adolescentes que menos acceso tienen a la educación gratuita, contemplada en los Objetivos dela Educación Peruanaal año 2021; y por otro, la repartición e incrementación adecuada de los recursos del tan mentado “bienestar económico” que atraviesa el país. Si hay, por qué no dar, pregunto.

La acción del hombre ha sido, a través de los tiempos, depredadora; allí donde no había derecho se inventaba la forma de usurpar y plantar y replantear el dominio. Donde imperaba la necesidad se extermina hasta reemplazarlo por el caos; y en el caos también impera la depredación y la deprecación. Estamos depredándolo todo y no veo a alguien que haga algo por detener ese Apocalipsis. Nos desvelamos por un grupo de anarcos encarcelados, que si ellos quieren saldrán en libertad, pero no nos esforzamos por darle a la escuela nacional, seriedad, contingencia objetiva respecto de los problemas ambientales, naturales. No veo planificación en ese sentido. Estamos depredándolo todo: la naturaleza, los recursos y la sociedad. Cada día nuestra chola sociedad adquiere nuevos adjetivos; achorada, matonesca, violenta, salvaje. ¿Qué pasa?

Hay tantos temas pendientes: SIDA, niñas embarazadas, violencia sexual, familiar, adolescente; desnutrición, hambre, malnutrición, analfabetismo, salud pública en general (también en gestantes y neonatos) universalización y eficiencia de la educación en todos sus niveles, agua, saneamiento. Que estos temas se debatan ya, y no se los esté postergando, como el anterior gobierno, hasta el 2020.

¿De qué planificación, organización educativa o liderazgo se puede hablar bajo estas condiciones?  ¿Está bien que se desarme los organigramas de los colegios que hacen el esfuerzo de trabajar con proyectos, que tienen propuestas pedagógicas y que siempre proponen liderazgo educativo en sus respectivas jurisdicciones? ¿O es que a los gobiernos les interesa mantener a sus muñecos repetidores de ensayos y errores? Es posible que sólo les interese reproducir “robotitos” capaces de recibir órdenes y no reaccionar ante tanta miseria y ante la implantación de un “nuevo estado” en un país con una Nueva Realidad Nacional.