La celebración ignorada

El hosco y renegón Gustavo Flaubert, que no es el nombre de un mediocampista galo del olimpia,  sino de un gran escriba francés, creó dos personajes idiotas que leyeron tantos libros para no entender absolutamente nada. el devorante enciclopedismo, el  ratonismo libresco,  fue una verdadera pérdida de tiempo para esa pareja  inútil entre tantos tomos y ejemplares. en general, nuestras protagónicas autoridades, de uno y otro nivel, de este y del otro bando, están hasta las patas en asuntos letrados. se parecen a ese par de tarados pero sin haber leído ningún libro, ni siquiera el almanaque bristol. la última ocurrencia que perpetran con total impunidad es no hacer absolutamente nada durante la celebración del mes de la biblioteca.

Este noviembre, con todos sus días y sus horas extras, sus parrandas de lunes a lunes, sus inauguraciones de cualquier cosa, sus gastos de representación, sus viáticos abusivos, se dedica a esa pobreza peruana que es cualquier biblioteca. los increíbles robos en la nacional son para desertar de la blanca y roja. entre nos, las cosas son peores: la amazónica sigue cerrada. esta arruinada y no pasa nada. en la municipal, su actual director cree que los libros son para comerlos. en roma de los césares y las cesáreas  a los enemigos,   la letrina pública era el espacio más importante en términos sociales.

En el Perú de librerías en el suelo, en loreto de obras piratas, en panguana sin ninguna librería, el espacio más importante no es el bar y sus colillas, la sala de baile y sus astracanadas, el sillón ayo, la haragana cama y su siesta.   es cualquier biblioteca. porque estamos últimos en comprensión de lectura en un mundo que avanza hacia el predominio del conocimiento. y nuestras autoridades, que ni siquiera leen chistes antes de acostarse, se hacen los locos. ¿o son? ¿en qué puesto vamos a estar en comprensión de lectura el año que viene? ¿en algo peor que el último lugar?