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En el partido decisivo para la Institución Deportiva Colegio Nacional de Iquitos (CNI), Kukin Flores usó un par de cartones como canilleras. El árbitro solo se dio cuenta por aviso de  los jugadores del Sport Ancash, sus antiguos compañeros. “¿Cuántos partidos habrá jugado con cartón?”, se preguntó Martín Carrillo, periodista que siguió los encuentros del equipo loretano. “Nunca le gustaba jugar con canilleras”. 

Esta excentricidad también fue recordada por el  profesor  César ‘Chalaca’ Gonzáles  quien logró incorporar a Carlos Antonio Flores Murillo al CNI en el  2009.  “La gente de Iquitos debe estar siempre orgulloso y agradecido a Kukin porque los salvó de la baja”, resaltó al rememorar los años en que conoció al jugador.

Kukin tenía talento para llegar a ser el nuevo “Pelé” de un “país Perú”. Pero su temperamento le jugó en contra. Una vez llegó hasta la comisaaría de Moronacocha. Ni cuatro policías podían controlarlo. Eso no quitó que los iquiteños pudieran disfrutar  “pinceladas de buen fútbol”  al ritmo de Flores.

“Un día lo sancioné porque había llegado tarde dos veces. No lo hice jugar. La gente aun sabiendo que estaba castigado porque estaba en fiesta, sabiendo que Kukin no había cumplido las reglas  y sabiendo que no iba a jugar,  me lo pedían a gritos. Ni siquiera estaba en la lista de jugadores igual lo querían”,  recordó Gonzáles.

Kukin y Chalaca se conocieron en el  82’. El profesor dirigía Cantolao y acudió con los menores a un encuentro contra Sport Boys. Fue Flores el único en llevarse el show. Ocho goles. Así empezó la relación entrenador y jugador en Cantolao, tiempo que llegaron a viajar al extranjero  donde los buenos pases y goles también sorprendieron,  hasta que cumplió los 16 años.

Volvieron a reencontrarse en CNI y tenían una misión con CNI. Para asegurarse que llegue a los entrenamientos, la directiva del club dispuso que  un  motokar conducido por el profesor Urquizo se quedara en la puerta del hospedaje para trasladar al jugador. Si desaparecía pasaban días para que sepan de él. En conversaciones que tuvo con Chalaca, Kukin  a sus 36 años le confesó que quería quedarse a vivir en Iquitos.