Con esto se pretende hacer un llamado a los y las jóvenes a ser partícipes de la vida política. Su voz hará que una región tenga cambios productivos en pro de ellos y para ellos, y también en forma general, al exigir a los gobiernos de turno mejores políticas públicas.
¿Quién dice que los y las jóvenes están exentos de participar en la vida política? ¿Quién dice que desde nuestra posición no queremos cambios para el desarrollo de una región, e inclusive, cambios para nosotros mismos?
Al hablar de los y las jóvenes hacemos referencia a aquella población que oscila entre los 18 a 29 años, y que no pueden ser definidos como un grupo homogéneo con respecto a intereses y demandas, ya que estos responden a variables contextuales de ámbito social, económico, cultural e inclusive político. Con respecto a este último, en las últimas décadas, su participación ha cobrado importancia, a tal punto que se ha incrementado, a pesar de una serie de dificultades que impidieron, con el tiempo, su desarrollo y participación dentro del sistema político peruano.
Uno de ellos es que el Perú es el único país en América Latina que cuenta con una cuota joven dentro de su normativa electoral. Tal es el caso de la ley 28869 que, justamente, promueve la participación de la juventud en las listas de regidores provinciales y municipales. Con esto no se quiere decir que en la mayoría de gobiernos latinoamericanos no haya participación activa juvenil; por el contrario, estos han respondido a las demandas juveniles a través de la creación de una institucionalidad estatal que genera políticas públicas a favor de ellos.
Otra referencia son las cifras que proporcionó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que en elecciones municipales y regionales del 2014, resultaron electos el 12,9% de los más de 1.612 jóvenes que postularon a escala nacional, haciendo que los y las jóvenes, hoy en día, tenga presencia como una autoridad dentro de su región, y formando de este modo parte a lo que se le llama vida política. Otro ejemplo, de participación política juvenil, se enmarca en el incremento durante las movilizaciones sociales como en la movilización de ni una menos, que hace poco se llevó a cabo y se vio gran número de jóvenes exigiendo al estado el establecimiento de políticas públicas para frenar el abuso hacia las mujeres, o de los recientes acontecimientos por el Indulto al ex presidente Alberto Fujimori, o por la muerte de Jimena, niña de 11 años que fue violada y que posterior a su muerte su cuerpo fue quemado. Este último caso ha generado controversia respecto al establecimiento de la pena de muerte por violación en el Perú y de la salida de la Convención Americana de los Derechos Humanos (o Pacto de San José de Costa Rica)
Con esto se pretende hacer un llamado a los y las jóvenes a ser partícipes de la vida política. Su voz hará que una región tenga cambios productivos en pro de ellos y para ellos, y también en forma general, al exigir a los gobiernos de turno mejores políticas públicas.
Para culminar este artículo tomo como referencia las palabras de un candidato que actualmente postula a la Gobernación de Loreto por PODEMOS PERÚ, Víctor Isla Rojas, quien dice que el joven no es el futuro, por el contrario es el presente que garantizará el futuro de una región, de un Estado o de una Nación.