En el afán declarado de oponerse a todo tipo de crítica, de cuestionamiento, los militantes del Mil decidieron en una concurrida asamblea hacer manifestaciones, marchas y contramarchas contra esos seres que no dejaban en paz a la gestión de Fernando Meléndez. Los partidarios disfrazados de color naranja entonces se dieron al deporte de hacer campañas contra políticos, periodistas, simples ciudadanos que salían en los medios exponiendo sus puntos de vista sobre la gestión aludida. Era suficiente que alguien, cualquier persona, emitiera su opinión desfavorable para que las hordas milistas salieran en mancha gritando consignas contra esas personas. Estaban tan encorajinados que después pasaron a oponerse a todo aquel fenómeno que conspirara contra el gobierno del líder regional.

Era increíble  ver como los milistas hacían marchas contra la estragos del fenómeno  de El Niño, contra los desmanes de las lluvias seguidas, contra la acumulación de basura, contra la inseguridad ciudadana, contra los apagones, contra la falta de agua. En ese afán no se detenían y cada vez que ocurría algo en los límites de la naturaleza creían que era la mano oscura de la oposición y salían en  manada a oponerse. En esas andan hasta ahora y dentro de poco se hará la manifestación más grande y nutrida que será una marcha cívica  contra los daños de la creciente. Todos los milistas están convencidos  de que las inundaciones anuales son una clara muestra de que la misma naturaleza ha decidido oponerse al gobierno de Fernando Meléndez.

La marcha contra la creciente será una jornada  única,  donde los milistas se acercarán a las orillas de los  principales ríos de la región evidenciando sus protestas, mostrando sus descontentos y azotando con látigos letales a las distintas aguas para que dejen de perturbar la vida y el destino de los loretanos y los amazónicos.