“Este es el secreto más profundo/ que todos ocultamos llenos de vergüenza//Arde el aire por doquier/ Arden el mar y la tierra/ y ya ni hablar de las cavernas/ donde bulle la desintegración de los átomos//Pero la consigna es sobrevivir como sea//En cualquier rincón de la barbarie.”
Por WINSTON ORRILLO
Llego a una poética que me desafía, que me obliga a más de las lecturas usuales para la lírica.
Y el esfuerzo no es, de ninguna manera, vano.
Los textos de Jorge Nájar (poeta, narrador y traductor: Pucallpa, 1946) residente hace algunos quinquenios en la patria de Baudelaire, le han permitido acceder a un Cope de Oro de la Bienal de Poesía Peruana, 1984, con su libro Finibus terrae, precisamente el que llega a mis manos, en su segunda edición -2019. (La primera es de 1984, y se debe, es obvio, a “Petro Perú”) .
La actual fue publicada por “Tierra Nueva”, sello editorial de Jaime Vásquez Valcárcel, que incluye, aparte del texto original, partes de Canto ciego y Habitarás otro mundo, que prosiguen el periplo singular de la poética de J.N. Y, además, tiene una cubierta magnífica de Gino Ceccarelli
Porque, frente a Nájar, nos hallamos con una creación ciertamente inclasificable, donde la vida, la muerte y la eternidad se unimisman; y el desasosiego es un signo permanente. Pero, siempre, en la búsqueda de la sobrevivencia: a veces nos parece hallarnos ante un nihilismo, mas él, luego, nos desconcierta, con su tenaz entrabamiento con la existencia, lo cual, “verbi gratia”, podemos apreciar en su “Skipper”:
“Este es un canto hecho con materiales/ de un mundo en vías de extinción //He abandonado segmentos de mi vida/ allí donde ardía la ilusión de un mundo nuevo/ Quien quiera llegar a ese punto debe cruzar siete mares/ y ya no sé cuántos cabos de amargura.//Pero a fuerza de amar uno cae y se levanta//A lo largo del viaje he soñado con otros mundos/ pero ya estoy harto de esas extravagancias/ Ahora mismo salgo a buscar lo que es real y permanente/El ron de las viejas barricas de roble// Estoy seguro que en esas aguas otra vez ganará/ la vibración que salva el mundo//La poesía como un diamante oscuro”.
El poeta –además de narrador y ensayista de polendas- ama con un amor “sui generis”. Sigamos leyéndolo, sigamos con este placer dilacerado: “
“Así vivo inmune en los puentes del océano/ Con una vara de plata/la zampoña/ y mi canto/ alucinando siempre alucinando// ¿Quién soy para negarme a esa ilusión?/ Más allá de nuestra propia existencia brilla el amor.”
El autor tiene para largas lecturas, cada una de las cuales, nos permitirá descubrir las entretelas de un poetizar ciertamente inclasificable y totalmente original, en su mélange de apocalipsis y génesis, historia e histeria.
Buena orientación tendrá el que lea el esclarecedor prólogo de la poeta Sonia Luz Carrillo, quien nos intenta –no siempre, es cierto lo logra- introducirnos en los vericuetos del poetizar de nuestro autor.
Novelas y antologías completan, hasta el momento la incesante creación de Jorge Nájar, una de sus útimas y más comentadas obras es César Vallejo, la vida bárbara donde el autor reconstruye minuciosamente la vida del bardo universal y peruano, durante su muy larga estancia en el mundo de Rimbaud.
Y, por cierto, de inmediato, este cronista pugnará por hacerse de otras obras de Nájar, todo un descubrimiento, sin duda alguna.