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Deuda pendiente
La alcaldesa de Punchana, Jane Donayre, tiene que dejarse de demoras, retrasos e incumplimientos. Hace tiempo ha prometido levantar el rasante en el pasaje Los Girasoles, pero hasta ahora no ha cumplido con su palabra. Es más, ciertos funcionarios de dicho municipio mienten sobre el comienzo de la obra. Es decir, no hay seriedad en la actual gestión edil y eso no puede continuar así. Es pertinente que la alcaldesa se deje de cosas y por fin cumpla con hacer esa obra tan necesaria para combatir los desmanes de la creciente que afectan cada año a vecinos y vecinas de ese lugar.
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Palabra demás
Es bastante curioso que la palabra internacional se haya asociado a diferentes actos de la actual celebración de la fiesta patronal de San Juan. El alcalde Martín Arévalo, aconsejado tal vez por alguna luminaria a su servicio, ha decidido agregar esa palabra a la parranda. Como si nada o como jugando. Pero en la cruda realidad ese festejo no tiene nada de internacional. Por ningún lado y por ningún ángulo. De acuerdo a lo mostrado hasta la fecha la programación es una repetición de lo ya hecho. Nada hay de innovador o de creativo y nada hay que le otorgue un sentido internacional como pretende la propaganda oficial.
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Marginación evidente
Lo peor que puede pasar en la celebración de la fiesta patronal de San Juan es la aparición de personas o entidades que se sientan marginados por los organizadores oficiales. Y eso ocurre con la llamada Comunidad Campesina de ese distrito que no ha recibido ninguna invitación para participar en los preparativos de esa fiesta. Tampoco en los eventos que se realizan. Con justa razón los miembros de ese colectivo dicen que nadie les considera para nada. Y eso no puede ser pues se trata de una celebración que en su origen y en su destino debería incluir a todos y todas.
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Denuncia importante
El dirigente indígena, Bruz Jipa, acaba de denunciar que en la zona del Alto Napo las cosas no están bien, porque hay contaminación por las dragas de los extractores furtivos. Esas palabras deberían llamar poderosamente la atención y obligar a las autoridades a poner en marcha un plan de combate contra los inescrupulosos que buscan extraer oro del fondo de ese río. Lamentablemente hasta ahora, pese a que se conoce de la labor de los extractores ilegales, no se hace nada y se deja abandonado a su suerte a esa parte del territorio amazónico. Las cosas deben cambiar a partir de la fecha y ya es hora de que se tomen medidas contra ese delito.
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Revisión de resolución
El licenciado Elisban Ochoa Sosa, gobernador regional de Loreto, debe tomar en serio el reciente pedido de la organización indígena Orica. La misma solicita a quien corresponda la derogatoria de la resolución del gobierno regional. En ella, de una manera arbitraria, se anula el reconocimiento de comunidad nativa del poblado de Bretaña. Lo cual le arrebata algunos derechos y puede permitir que ciertas empresas pesquen a río revuelto. De manera que el gobernador tiene que escuchar a los afectados, tiene que estudiar el caso con detenimiento y tiene que tomar la determinación de no afectar de esa manera a la citada comunidad.
Nueva tragedia
La tragedia petrolera siegue rondando la Amazonía como una plaga indetenible. Acaba de ocurrir un derrame en la zona de Nuevo Progreso, distrito de Manseriche. Como las otras veces, las víctimas directas son los que menos tienen, los que no pueden defenderse. De lo que se trata ahora es de esbozar un verdadero plan de defensa contra los desmanes del derrame petrolero. Ello implica una inversión considerable que el Estado y la empresa Petro Perú tienen que asumir. Es el momento de realizar una verdadera labor de rescate de los afectados por esa nueva tragedia de la explotación petrolera.
Pobre paro
El paro de ayer jueves fue en verdad a media caña. No convocó a la mayoría de la población ni incluyó a algunos sectores de la sociedad civil. Se notó algo de protesta, pero más se notó un vacío y tantos se dedicaron a beber en vez de participar en las jornadas preparadas para la lucha. Es cierto que no hubo desmanes ni abusos y todo se desarrolló dentro de la normalidad. Pero con medidas así, sin resonancia y sin contundencia, no llegaremos a ninguna parte. Y las justas y sentidas reivindicaciones seguirán siendo postergadas hasta nuevo aviso.
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