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La otra vereda

El sentido común nos lleva a creer que si alguien tiene el derecho a acatar un paro, pues otros tendremos el derecho de decirle no, de rechazarlo. Eso es lo lindo de la democracia y la mejor manifestación del respeto a la opinión y posición del otro. Ahora, serán capaces de entender esto los revoltosos, aquellos que en vez de acciones sanas y decentes como estas, prefieren envenenar el aire que respiramos quemando llantas y regando basura. Vamos a ver qué tan tolerantes son.

Cosa de locos

Los argumentos del paro son flojos, irresponsables y contradictorios. Para muestra basta un solo botón. Le estamos exigiendo al gobierno central que nos dé mayor presupuesto porque estamos en una grave crisis económica regional. Y como le demostramos y sustentamos ese pedido, pues habiendo paros, en esta oportunidad de 48 horas. ¿Alguien en su sano juicio puede entender esto? Pues no le encontramos ninguna lógica, solo el capricho y berrinche del frente y sus socios.

Zafarrancho I

Con este paro de 48 horas todo está como una mazamorra, con la diferencia que si fuera de gamitana sería una verdadera delicia y lo de la actitud de las autoridades y organizaciones gremiales es una masa mal oliente. Nadie sabe cómo acuerdan, quienes acuerdan, dónde acuerdan y qué acuerdan. El trío M no es unicorde, da la sensación que cada quien va por su lado. Cada quién agarró su tinaja y se fue por su propia agua, pero no para calmarle la sed a la población. Y esto se demuestra con tan solo escuchar a los protagonistas de esta protesta mal forme.

Zafarrancho II

El FPL decretó paro de 48 horas, al tiempo que el gobernador se alistaba para viajar con una comisión a dialogar en Lima con el ejecutivo, en tanto la CGTP realizó su asamblea para evaluar la convocatoria. Unos desconocían la comisión de dialogo, otros suscribieron actas, pero los revoltosos salen a patear todas las mesas y solo quieren la protesta radical porque sus cabezotas no da para más. En conclusión, esto está más enredado que orgía de serpientes.

Los ambulantes

Todo un problema se ha generado entre los vendedores ambulantes y la municipalidad de Belén. Los primeros insisten en quedarse en la alameda que une Prospero con Ramírez Hurtado, mientras que la autoridad ya dispuso la reubicación. Siendo las alternativas las calles Pénjamo o la 11 de Octubre. Ayer, pese a la protesta de los informales esa zona fue liberada, se anuncia remodelación del lugar. Lo cierto es que mientras no existan políticas claras sobre el comercio y las áreas de venta en los mercados y alrededores, todo seguirá siendo un desorden.

Preocupante situación

Daniel Saboya, dirigente indígena del bajo Corrientes, se comunicó ayer al mediodía con medios radiales nacionales, para informar que el Lote 8 fue tomado por los nativos del lugar. El aeropuerto y otras áreas de esas instalaciones que están bajo el manejo de Pluspetrol, se encontraban ya en poder de los nativos. Sin embargo dejaba el mensaje de que no estaban cerrados al dialogo con el gobierno central y que esperaban en la zona al premier, Pedro Cateriano. Sin embargo se sabe que los que llegaron fueron policías y que se registraron enfrentamientos. Preocupante situación.

Echen pluma

El pollo por las nubes y no es que los revoltosos hayan espantado a los plumíferos, no. Lo que pasa es que a raíz del anuncio de paro los especuladores están haciendo de la suyas. Según los vendedores minoristas el precio se ha incrementado hasta en un 50 por ciento. Así como este caso otros productos también se han incrementado en los mercados. Algunos dirán que esto es uno de los efectos colaterales de la seguidilla de protestas que se han registrado en menos de un mes en nuestra región, particularmente en Iquitos.

Cara a cara

El video que muestra la cuadrada de la alcaldesa al gobernador, muy a su estilo por cierto, así todo suavecita pero con firmeza, deja al descubierto que las actitudes de algunas autoridades no están por el camino correcto. Por un lado dicen una cosa y por otro hacen otra. Se desnudan y se exponen ante la ciudadanía como seres fingidos, falsos y de doble cara. Y nos cuesta creer que sea tan difícil que puedan trabajar de manera conjunta en bien de todos. “Te dejo mi tarjeta para que me llames, por si has olvidado mi número”, ¡esa estuvo buena!