Cinco días

Los congresistas loretanos que por estos días supervisan obras, realizan encuentros con autoridades y se desplazan por el interior de la región, deberían emprender alguna cruzada contra la anemia o algo que tenga largo plazo. Y eso pasa por definir cuál es el problema principal en cada provincia. ¿Será la anemia? ¿Será la falta de recursos económicos? ¿Será el reintegro tributario? ¿Será le interconexión? Mientras eso no se haga de manera consensuada, seguiremos dando palos de ciego. Mensualmente el Congreso de la República gasta un promedio de 50 mil soles en el viaje de representación de los padres de la patria, sin contar las sesiones descentralizadas de alguna Comisión, como la de Economía que hará eso esta semana. Cinco días al mes que debería ser de vigilancia ciudadana, ¿no?

Adopta un congresista

Mientras unos piden absurdamente que se cierre el Congreso y que se vayan todos, los más sensatos tendrían que hacer algo más democrático. Por ejemplo, que un ciudadano o una institución “adopte” un congresista loretano. Fácil, se encargaría de hacer seguimiento a todo lo que haga un parlamentario. Mejor si esta “adopción” lo hace un medio de comunicación o un programa periodístico. Así nos enteraríamos lo que hacen y dejan de hacer los congresistas. También podría funcionar para las autoridades locales, llámense alcaldes y funcionarios públicos como directores regionales y más.

Congresista sin leyes

La congresista Tamar Arimborgo está muy activa y últimamente ha inspeccionado el colegio Simón Bolívar. No está mal esa cruzada que es necesaria debido a las carencias en el arte de la construcción de centros educativos. Lo que si nos parece mal es que hasta ahora la congresista no se ha reunido con el mandatario, tal y como lo prometió para hablar de la delincuencia en la ciudad de Iquitos. Y la pregunta cae por su propio peso: ¿Qué proyectos de ley ha presentado dicha parlamentaria hasta la fecha?

Igual para los otros

La misma pregunta vale para los otros congresistas. Hasta donde conocemos ninguno de ellos o ellas ha presentado algún importante proyecto de ley. Y pierden su tiempo en otras cosas, en visitas, en viajes, en inspecciones, en charlas, en llamadas de atención. Y lo más importante,  la redacción de leyes para el beneficio dc la región o del país, queda en la nada.

La última monarquía    

En el Perú el poder puede parecer una heredad, una monarquía chola y tercermundista. Eso ocurre con Luis Castañeda, alcalde de Lima. Desde el sillón consistorial,   desde las gangas del dinero de la edilidad, apoya,  incentiva y apuesta por la candidatura de su propio hijo.  Es como si quisiera nombrar o dejar a un heredero de su propia sangre en el poder vecinal. Todo ello es como si se tratara de una última monarquía  todavía incipiente, todavía insegura.

Presidente perdido

El señor Luis Galarreta, presidente del Congreso, anda perdido dentro de un cargamontón que viene de varias partes. Hay en marcha una moción de censura contra su gestión que no esconde adjetivos calificativos, ni deja de agredir a la prensa. Así no irá muy lejos ya que contribuye a que los curules tengan una baja aprobación de parte de la población.

Rebeldía desaparecida

Mientras en otras partes las gentes protestan contra el reciente impuesto y contra el alza del costo de vida, en Iquitos nadie dice esta boca es mía. Es como si la rebeldía estuviera de vacaciones o se hubiera escondido en dirigencias estériles como la del Frente Patriótico  Loreto que no hace nada para merecer alguna consideración. A ese paso los demás pueden hacer lo que quieran sin que nadie diga nada. Algo extraño considerando la rica historia de rebeldía a nivel regional.

Iniciativa válida

La destrucción de las rampas de la avenida Navarro Cauper es una muestra de las cosas que se pueden hacer para el beneficio de las calles de la ciudad. Solo basta que alguien tenga la iniciativa para hacer las cosas y que la autoridad se empeñe en llevar a cabo lo propuesto. Cuántas cosas se podrían hacer de aquí en adelante siguiendo ese ejemplo. Por ejemplo, se debería luchar para acabar con el nefasto ruido que contamina a Iquitos.

La espera indígena

Los indígenas del río Corrientes esperan que dentro de poco exista un dialogo sincero y democrático con el Estado. Es la hora de que ellos y ellos tengan propuestas efectivas y concretas para que no se repita la vieja historia de la incomprensión  y la marginación. Caso contrario iniciarán protestas para que sean escuchadas por las autoridades. El Estado está entonces en la capacidad de evitar el estallido de un nuevo conflicto en la región Loreto. No faltaba más.