Hace un par de días el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), publico los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), en la cual se logra advertir que la tasa de pobreza se elevó un punto porcentual el año pasado, al pasar del 20,7% al 21,7% de la población. Por primera vez en este milenio la pobreza monetaria aumentó.

En ese sentido, el INEI sostiene como métrica que el 21,7% de la población que es considerada pobre subsiste con S/ 338,00 soles mensuales y el aumento de la pobreza se dio más en la zona urbana, en contraste con la zona rural, conforme a lo advertido por los especialistas del INEI, lo cual implica un grado de complejidad mayor en el diseño e implementación de políticas públicas para combatir este problema público.

Las políticas públicas necesarias para combatir la pobreza son las políticas sociales, las cuales, en este escenario de mayor pobreza urbana son difíciles de focalizar, lo cual usualmente sucede en países de poca institucionalización gubernamental como el nuestro. Definitivamente este escenario y contexto es un reto más para el gobierno y nuevo gabinete del señor Vizcarra.

En ese sentido, en contraste con lo ya desarrollado, CENTRUM de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Social Progress Imperative, publicaron el índice de progreso social al 2017 en nuestro país y en dicho índice se advierte que tan solo cuatro de todas las regiones de nuestro país lograron mejorar su índice de progreso social, lo cual es un resultado poco alentador, ya que indica que las regiones no fomentan políticas públicas de desarrollo social (políticas sociales) dentro de sus territorios. Asimismo, lo más lamentable de los resultados del índice ya mencionado es que nuestra región ocupa el último lugar entre todas las regiones del país en desarrollo social, lo cual indica una cuasi inexistencia de políticas sociales en nuestra región.

Conforme a lo expuesto, siguiendo nuestra firme convicción de control social, la única forma de combatir este problema público de difícil escenario, principalmente en nuestra región, es exigiendo a los partidos y movimientos políticos, así como los candidatos que pugnan en las elecciones por los gobiernos regionales, la presentación de propuestas de políticas sociales eficaces conforme al contexto de cada región, es decir que puedan implementarse y medirse.

Asimismo, respecto a la problemática de nuestra región Loreto, considero necesario afirmar que ya basta de ser últimos en todos los resultados, es cierto que, en sentido estricto la situación es algo complicada para todo el Perú, empero es inadmisible que seamos la última región en el cuadro, por la ineptitud y faltad de capacidades de las “autoridades”.

Miguel Angel Rojas Rios

Abogado

Maestrando en Gobierno y Políticas Públicas

rojasr.miguel@pucp.edu.pe